Cultura

La crónica pictórica de Guayasamín

"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente. Para mostrar lo que el hombre hace en contra del hombre". Las palabras del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (Quito, 1919 - 1999) quedan perfectamente reflejadas en las 41 pinturas, transidas de dolor, que Cajasol ha traído a Sevilla. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 19:40 h.

"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente. Para mostrar lo que el hombre hace en contra del hombre". Las palabras del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín (Quito, 1919 - 1999) quedan perfectamente reflejadas en las 41 pinturas, transidas de dolor, que Cajasol ha traído a Sevilla y que se exponen hasta el 5 de enero.

Son obras "de primerísimo nivel" las que se exponen estos días en Sevilla, que muestran cómo el pintor ecuatoriano, a través de su pintura desgarrada, dramática, no pudo evadirse de su época. "Su época es su única oportunidad. Ningún creador es espectador; si no es parte del drama, no es creador", escribió este artista ecuatoriano que supo reflejar la convulsa y dantesca historia reciente del pueblo latinoamericano a través de una pintura indígena, más bien mestiza, cercana a los postulados muralistas y al cubismo del otro lado del Atlántico.

De este modo, la exposición Pinturas de Guayasamín, fruto del convenio de colaboración suscrito entre la Fundación Cajasol y la Fundación Guayasamín, fue inaugurada oficialmente en la mañana de ayer en un acto al que acudieron el cónsul de Ecuador en Sevilla, Héctor Salvador; el comisario de la exposición y director de la Fundación Guayasamín, Pablo Guayasamín; el director de Montaje, José Soto, y el director del Centro Cultural de la Fundación Cajasol, Antonio Cáceres.

Así, los ciudadanos podrán contemplar en Sevilla un total de 41 obras del maestro ecuatoriano, provenientes de su museo en Quito. La muestra, que permanecerá en el Centro Cultural de Cajasol hasta el próximo día 5 de enero, es "todo un reconocimiento a la trayectoria internacional del artista, en la que se destaca la importancia que sus obras tuvieron en el contexto de la época y las preocupaciones artísticas en las que se produjeron", explicó ayer durante la presentación su nieto y director-gerente de la fundación, Pablo Guayasamín.

Este periodo estuvo marcado por las guerras mundiales y civiles de las que Oswaldo Guayasamín fue testigo y de las que su obra es heredera. Sus trabajos, señalados por la crítica como expresionistas, reflejan el dolor y la miseria que soporta la mayor parte de la humanidad, a la vez que denuncian la violencia que le ha tocado vivir al ser humano.

Para Oswaldo, nacido en Quito y de origen humilde e indígena, su pintura se convertiría en un modo de protesta, cuyos temas centrales fueron la angustia y el dolor de su raza, así como las desigualdades que vivían los indígenas americanos.

Fallecido en 1999 por un inesperado infarto, el pintor, que ya en su juventud gozaba de reconocimiento internacional, aportó con su obra un nuevo aire a la pintura latinoamericana y contribuyó a su emancipación frente a las corrientes abstractas dominantes en Europa.

Las piezas que exhibe la Fundación Cajasol y que recogen estos rasgos tan característicos del ecuatoriano podrán ser apreciadas también por los escolares andaluces cuyos centros soliciten participar en el programa educativo que la fundación pone a su disposición. Se trata de los talleres pedagógicos que se desarrollan en las instalaciones de la entidad, en los que se trabaja con los niños en la comprensión del arte en general.

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