C. Rengel / M.J. Fernández
La delegada de Bienestar, Ana Gómez, abandona desde hoy el Ayuntamiento para incorporarse a la Junta de Andalucía como directora general de Servicios Sociales e Inclusión. A su sucesora y número dos, Emilia Barroso, le deja el reto de aplicar el plan de El Vacie y las ayudas a la dependencia.
La reestructuración de la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social, que comanda Micaela Navarro, ha traído el fichaje de Ana Gómez, que llegó al Ayuntamiento como independiente hace 20 meses desde su puesto como directora de la residencia Flora Tristán, de la Universidad Pablo de Olavide. Su nombramiento lo confirmó el Consejo de Gobierno de la Junta de ayer.
Hoy mismo Gómez cederá su puesto a la mujer que ha sido su número dos, Emilia Barroso, y desde mañana trabajará "a pleno rendimiento" para la Junta. Gómez se mostró "emocionada, ilusionada y nerviosa" ante el cambio, que afronta "con el corazón partido" por "abandonar el Ayuntamiento y, a la vez, afrontar un reto tan hermoso". Afirma que conoce su nuevo puesto, porque esa dirección general ha sido con la que ha negociado las inversiones en políticas de Inclusión, pero reconoce que se queda con el "regusto amargo" de no poder poner en marcha algunas de sus principales apuestas de gobierno: la aplicación práctica del plan de El Vacie y la apertura del albergue. Se va con la sensación, dice, de haber hecho "un trabajo serio", con cuatro logros: "La cruzada personal para levantar El Vacie", la implicación con los sin techo, la negociación de las ayudas a la dependencia y mayor dotación social.
La "joya". El alcalde expresó ayer su "alegría" porque su fichaje supone "un reconocimiento a su trabajo y corrobora la buena política del Ayuntamiento: "Se lleva una verdadera joya", dijo. Aseguró que la nueva delegada dará "continuidad" al trabajo de Gómez.
