Cultura

La energía contagiosa de una orquesta que enamora

OSC **** Orquesta Sinfónica Conjunta. Daniel Maldonado, clarinete. Juan García Rodríguez, director. Lugar: Auditorio E.T.S. de Ingeniería. Fecha: Miércoles 26 de marzo de 2014. Programa: The Chairman Dances, de John Adams; Concierto para clarinete de Aaron Copland; Suite de « Vértigo » de Bernard Herrmann; Un americano en París, de George Gershwin

el 27 mar 2014 / 10:32 h.

Hoy en Sevilla sólo la Orquesta Sinfónica Conjunta programa conciertos tan atrevidos, atractivos y creativos como éste. Un modelo de versatilidad y ductilidad para los jóvenes intérpretes en forma de cuatro piezas americanas según el ideario cultural de ese país donde todo es mastodóntico y espectacular; y todas ellas con un inconfundible sabor cinematográfico, aunque sólo directamente en el caso de Bernard Herrmann, por fin incluido en un programa aunque sea a través de su música para la pantalla. Fiel a su compromiso con la música contemporánea, Gª Rodríguez tuvo el acierto de iniciar tan seductor viaje al vertiginoso ritmo de un tren, ilustrando el sensual baile del matrimonio Mao en el Gran Salón del Pueblo, tal como debía aparecer en la ópera Nixon en China de Adams. Un contraste entre la energía de la juventud y el reposo de la madurez que la orquesta salvó con potencia y lucidez, marcando cada plano sonoro y creando una inquietante atmósfera de irrealidad y fascinación. El ursaonense Daniel Maldonado se enfrentó al difícil concierto que Copland compuso para Benny Goodman, y aprobó con muy buena nota. Supo adaptarse de forma impecable al aire melancólico de su raveliano primer movimiento, así como al jazzístico y desbordante final, brillando especialmente en las complejas cadencias. Para ilustrar esa obra maestra del cine y la música para el medio que es Vértigo, se optó por la versión original y no la de concierto preparada por Herrmann, aunque los movimientos fueran los mismos. Se acertó en recrear la cuerda vibratada tan tradicional del estilo Hollywood, con tempi rápidos, texturas vigorosas y unos resultados a muy alto nivel. Y para terminar, toda la alegría y el optimismo de Un americano en París de Gershwin, con una sensacional sección de metales mimetizando el genuino sonido big band, sobre todo los saxos, y tal disposición en general del conjunto que parece llevaran el blues en el cuerpo de toda la vida. La ciudad de la luz contemplada por un turista tan epatado como nosotros disfrutando de esta extraordinaria formación académica que enamora.

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