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La huelga general se ve inevitable y los sindicatos ya se preparan

El Gobierno asegura que no hay ningún documento definitivo para el día 16

el 04 jun 2010 / 20:06 h.

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La vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, ayer, tras la reunión del Consejo de Ministros.

Las aguas están revueltas, y más aún después de que el pasado jueves se filtraran las posibles medidas que el Gobierno contempla para la reforma laboral, entre ellas que las empresas en crisis puedan despedir con 20 días, en lugar de con 45.

Los sindicatos animaron ayer a secundar el paro del próximo martes en el sector público en protesta por el recorte salarial, que puede ser el prólogo de una huelga general que CCOO ya prevé "inevitable", a pesar de que el Gobierno piensa que todavía es posible el acuerdo. Así, este sindicato prepara desde ayer la convocatoria, que acordará de forma unitaria con UGT.

Así lo aseguró CCOO en un comunicado, que señala que los responsables de Organización, de Comunicación, de Acción Sindical y Empleo de todas las federaciones y territorios se reuniron ayer con carácter extraordinario para iniciar "los preparativos para la convocatoria de una huelga general".

Según este sindicato, unas 150 responsables de las secretarías mencionadas reiteraron su rechazo a algunos de los contenidos que se han conocido a través de los medios sobre el documento de reforma laboral que pretende aprobar el Gobierno el 16 de junio. En el borrador, difundido por RNE, destaca el hecho de que un empresario alegue una mala situación económica para que un despido sea procedente y tenga una indemnización para el trabajador de sólo 20 días por año trabajado.

Otro de los puntos del texto recoge la limitación del contrato de obra a dos años y la adopción del modelo alemán, que supone reducir la jornada de trabajo para evitar despidos, así como el modelo austríaco, que conlleva la creación de un fondo constituido con las aportaciones de las empresas para pagar las indemnizaciones por despido.

CCOO anunció que en los próximos días hará una "paciente, razonada e intensiva" campaña de información y explicación de las razones sindicales de una huelga general.

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que "no existe ningún documento oficial, válido ni definitivo" sobre la reforma laboral, sino sólo "borradores", y recordó que las negociaciones entre el Gobierno y los agentes sociales continúan.

Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, puntualizó que debe terminar el plazo dado por el Gobierno hasta el 16 de junio para apurar las conversaciones del diálogo social "en aras a encontrar un acuerdo".

Además, recordó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "lo dijo meridianamente claro" cuando anunció que aprobará la reforma el día 16 "haya o no acuerdo" y añadió que hasta ese momento las partes deben ser "prudentes" porque las conversaciones tienen que seguir "sin presiones", por lo que criticó las especulaciones.

En este punto, el presidente del PP, Mariano Rajoy, reclamó ayer una reforma laboral orientada al único objetivo de crear empleo y liquidar las "dramáticas" cifras del paro en España, lo que pasa necesariamente, advirtió, por incluir la negociación colectiva y articular medidas encaminadas a terminar con la temporalidad e inspiradas en los principios de flexibilidad, dos asuntos que le preocupan y por los que trasladó su disposición a "hablar" si quiere con el Gobierno que preside Rodríguez Zapatero.

En este contexto de crispación generalizada, la Comisión Europea y la patronal BussinessEurope pidieron ayer a los sindicatos de la UE que contribuyan a la recuperación de la confianza y que eviten crear agitación social, tras la convocatoria de movilizaciones para el 29 de septiembre. El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, afirmó que "el crecimiento es la respuesta" a la actual situación, y remachó que "sin confianza, no habrá crecimiento, y éste, no se creará empleo".

CiU propone quitar el paro a quien rechace trabajar 

El presidente de CiU, Artur Mas, anunció ayer que su formación llevará al Congreso su propuesta de retocar el subsidio de paro para que las personas que cobran las ayudas al desempleo dejen de hacerlo si rechazan ofertas de trabajo. El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, defendió el pasado miércoles esta idea, al considerar que en estos momentos mucha gente prefiere seguir cobrando el paro y, al mismo tiempo, trabajar en la economía sumergida compitiendo con los autónomos y las empresas que pagan impuestos. "Esto nosotros, en un momento u otro, lo llevaremos al Congreso. En este país hay que hacer muchas reformas, y ésta es una de ellas", aseguró el presidente de CiU. Según Mas, hay que mantener el subsidio de paro para los trabajadores que han cotizado y han perdido su empleo, "pero es importantísimo entender que esas personas no pueden quedarse en el paro indefinidamente". "Si hay oportunidades de trabajo y de formación, esto pasa por delante de cualquier otra cosa. La mayoría de países europeos serios funcionan de esta manera: sistemas de protección grandes de cara a la gente que se queda sin trabajo, pero estímulos muy grandes para volver a tener un puesto de trabajo", argumentó. 

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