Cultura

«La libertad que se supone que tenemos para elegir pareja no es tal»

El escritor madrileño Mariano Peyrou presentó ayer en la librería Birlibirloque su primer libro de relatos, ‘La tristeza de las fiestas’,

el 08 nov 2014 / 15:45 h.

Imagen Mariano copiaweb A Mariano Peyrou se le conoce sobre todo como poeta, gracias a libros como Estudio de lo visible o Temperatura voz, y también como traductor de autores como William Gaddis o Nell Leyshon, entre otros. Incluso hay quien le ha visto tocar el saxo desde un escenario. Sin embargo, hasta la salida a la luz de La tristeza de las fiestas (Pre-Textos), casi nadie conocía su faceta de narrador. El autor presentó ayer en la librería sevillana Birlibirloque esta colección de relatos, acompañado por Sara Mesa y Carlos Pardo. «Los ritmos de escritura son imprevisibles, y aún más los caminos de la edición», explica. «Este libro estaba entregado desde hacía dos años, y escrito desde hace diez, pero no hubo nunca una determinación de aparcar la poesía y ponerme a escribir prosa», agrega el autor. Nacido en Buenos Aires en 1971, pero afincado en Madrid desde muy niño, Peyrou explica que en este nuevo libro, que ha sido definido como una «crítica al amor», «el amor es el argumento de todas las historias, pero no necesariamente el tema. todos los cuentos parten de situaciones amorosas, pero el fondo puede ser los mecanismos sociales por los que se regulan los sentimientos de la gente, o la manera en que la sociedad controla a los individuos haciéndolos sentir cosas», apunta. Lo seguro es que el escritor ha evitado pudorosamente cualquier elemento edulcorante, aunque trata de matizar esta idea. «La tristeza de la fiestas es, simultáneamente, romántico y antirromántico. Es como si uno tuviera una conciencia de que las historias de amor, tal y como las soñábamos de niños, no son posibles, lo que nos lleva a una mirada cínica y desengañada. Y por otro, hay que vivirlas». ¿Un libro pesimista? Peyrou tiene sus dudas. «Podría ser, en todo caso, un alegre pesimismo. Porque el pesimista es el que está convencido de que va a pasar algo malo, y no es el caso. Aquí hay sentimientos, expectativas, frustración, deseos imposibles por contradictorios... Hay dolor por todos lados, pero también hay mucho humor». Cuando se le pregunta si cree que el amor se ha convertido en nuestros tiempos en objeto de consumo, lo niega. «Sí lo es el matrimonio, la pareja, los modos de relación que nos imponen de forma más o menos difusa o sutil», asevera. «Hace cien años, por ejemplo, no era nada sutil, te casabas con quien te tenías que casar. Ahora ves las estadísticas, y la endogamia de clase es de un 90 y tantos por ciento, es increíble. La libertad que se supone que tenemos para elegir pareja no es tal. O mira el discurso que sufren las mujeres para realizarse como madres. Están muy condicionadas, padecen una presión tan grande que yo no llamaría a eso libertad». La última de las piezas del libro es una obra de teatro, algo que Peyrou explica como «parte de un juego que también está en mi poesía, y que consiste en romper el discurso cerrado de los géneros». Por último, el escritor anuncia que no acaba aquí el Peyrou narrador. «Estoy con una novela desde hace unos años. Y creo que el hecho de publicar estos cuentos me ha estimulado mucho», concluye.

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