Más madrugadora que otros años, la hermandad del Rocío de la Macarena se puso esta mañana en camino. Acortando su recorrido por el centro de la ciudad, ha logrado su objetivo de llegar a la "parada técnica" para que se reponga el ganado antes de continuar su nueva ruta hasta la aldea almonteña. Y es que los rocieros macarenos ensayan este año el nuevo horario que le permitirá presentarse ante la Blanca Paloma la tarde del viernes en lugar de la del sábado a partir de 2013.
Pero este recorrido, aunque deja de lado el saludo a muchas hermandades y a las hermanas de la Cruz, ha regalado una nueva estampa: la carreta de plata ante la basílica del Gran Poder. "Esto es algo histórico", repetía constantemente una peregrina agarrada a su carreta. El rezo de la Salve y los vítores al Señor de Sevilla emocionaron a todos, rocieros, vecinos y devotos "del que todo lo puede".
En este camino de bendiciones, la carreta de plata, arropada por tantos peregrinos como otros años pese a la crisis, también se volvió ante la parroquia de San Lorenzo, donde aguardaban las representaciones de la hermandad de la Soledad y del Dulce Nombre, que le tenía reservado un cirio intacto -por culpa de la lluvia del Martes Santo- para las noches de camino.
Los cohetes guiaron a muchos sevillanos a los que cogió por sorpresa esta nueva ruta que continuaba por Santa Clara y Santa Ana. En la confluencia con San Vicente, aguardaban, además de los alumnos de las Salesianas, una representación de la hermandad del Buen Fin. Su director espiritual entregó un cirio con todos sus mocos del palio de la Virgen de la Palma "para que lo enciendan esta noche, cuando vayan a rezar el rosario".
Rápidamente cruzaron Torneo para, por la pasarela de la Cartuja abandonar la Sevilla antigua y adentrarse en la tecnológica. Ahora vienen muchas horas de arenales por el Camino de Hinojos. El viernes, a las 18.30 h. , cruzarán el puente del Ajolí.
