«La opinión sobre el pacto de Alberto Garzón es la de un militante más de IU»

El dirigente de IU no volverá al Parlamento en la próxima legislatura tras su renuncia a formar parte de las listas. Intuye que no habrá pactos en Andalucía a corto plazo, y defiende su línea «moderada y centrista».

el 01 feb 2015 / 11:00 h.

«Nunca diré no a hacerme una foto con alguien joven», le decía el pasado viernes Diego Valderas, ya militante raso, de Izquierda Unida a la exconsejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, en la sede de la formación de izquierdas en Sevilla. El exvicepresidente de la Junta cede el testigo a una nueva generación en las listas de IU. —Dijo en su despedida que  ahora se sentiría más libre para opinar y decir más cosas. ¿El nuevo Valderas será políticamente incorrecto? —No se trata de eso, pero sí es cierto que cuando uno tiene responsabilidades políticas, una de las virtudes que debe cultivar es la prudencia. No quiero decir con eso que desde mañana mis palabras vayan a ser discordantes con la que proclamen los órganos de dirección de Izquierda Unida. Porque si hay que ser prudente, también hay que ser leal. —Se habla de que hay una IU moderada e institucional, representada por usted, y una más crítica y radical representada por Antonio Maíllo o Alberto Garzón. —Es cierto que se me asocia a una línea más moderada o de diálogo dentro de IU. Siempre he creído que en política hay que hablar piel con piel, con las personas. A eso, desde algunos sectores, se le llama centrismo o moderación. —Divorcio, pero no portazo. ¿Comparte esa definición de la ruptura del pacto de gobierno con el PSOE? ¿Quedan rendijas abiertas? —El PSOE ha roto un gobierno que marcaba diferencias, que se había puesto de cara a la ciudadanía y no de espaldas cuando las circunstancias más apretaban. Que expliquen por qué no le han dado continuidad. Valderas—Sea más concreto. ¿Qué pasa si, como indican las encuestas, el Parlamento se atomiza? ¿Existe riesgo de ingobernabilidad? ¿El pacto PSOE-IU sería la fórmula natural para formar gobierno? —IU hará lo que siempre ha hecho pondrá encima de la mesa sus ideas y sus propuestas e intentará, en la medida del apoyo que obtenga en las urnas, ser una fuerza influyente en la toma de decisiones que se hagan desde la Junta de Andalucía. —¿Y en ese escenario IU no descarta volver a negociar con Susana Díaz? —El tempo, no olvidemos el tempo político que encaramos a partir de marzo. Cuando el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía tome posesión de su cargo será a finales de abril y enseguida llegarán las elecciones municipales. Según sean los resultados de ambas citas se programarán las elecciones generales. Creo que hasta que todo ese periplo electoral no haya finalizado, la opción que más contemplo es la de un Gobierno andaluz en minoría. —¿Ve posible algún pacto entre PSOE y PP en Andalucía? —No descarto nada. Los últimos movimientos hacen sospechar que algo se está moviendo en ese sentido. —¿La mala relación entre Antonio Maíllo y Susana Díaz ha sido elemento decisivo en la ruptura del pacto? -Sólo ellos saben si los encuentros que han mantenido se pueden calificar de buenos o de malos. Pero más allá de eso, creo que todas las razones que ha expuesto la secretaria general del Partido Socialista se derriten. —¿Cómo el viaje al Sahara? —El asunto del viaje al Sahara es una tontería. Una tontería. Todo el mundo sabe que Diego Valderas, antes o temprano, iba a viajar a Tinduf. —¿Ni siquiera el referéndum programado en junio entre las bases de Izquierda Unida para decidir si continuar o no en el pacto? ¿Subestimó IU a Díaz en este asunto? —Comparto la idea de Antonio Maíllo sobre este tema. Ese referéndum no se había convocado y estaba supeditado a que se cumpliera lo que se pactó en 2012. Nada había que temer si lo firmado se hacía realidad. El problema es que el PSOE ha visto que con las leyes que quedaban pendientes por aprobar el partido daba un giro hacia la izquierda al que no estaba dispuesto. —¿Tampoco han pesado las críticas de Alberto Garzón al gobierno de coalición? —La opinión de Alberto Garzón, es eso, la opinión de Alberto Garzón, un militante más de Izquierda Unida. —¿Le está quitando relevancia a su opinión? —Ni mucho menos. Yo fui uno de los que propuso a Alberto Garzón como candidato al Congreso por Málaga. Pero lo que quiero decir es que los actuales órganos de dirección de Izquierda Unida tanto a nivel nacional como federal siempre han dado su respaldo a las políticas que hemos ejecutado en Andalucía. —Más allá de la ruptura, ¿el balance es positivo? —Izquierda Unida ha demostrado que también tiene capacidad de gobierno cuando es necesario. Se acabó el reproche de que es muy fácil criticar desde fuera. Ahora hemos estado dentro, y hemos demostrado que somos diferentes a cualquier otra opción. -¿Diferente a Podemos? —Llevamos 30 años en la pelea por unos valores y unos principios a los que ahora muchos se han enganchado. Sabe cuál es el problema, el altavoz. Recuerdo que muchas veces mi hijo cuando llegaba a casa me decía, «papá, te he visto en la tele». Hay mucha diferencia entre ver y oír. Yo aparecía 30 segundos en un informativo. A Izquierda Unida nos ha costado tener el altavoz que otras fuerzas más recientes están teniendo. —¿La izquierda española está condenada a no entenderse? —IU ha mostrado que es posible hacer acuerdos con otras fuerzas políticas. La pregunta sería más adecuada hacérsela al partido que ha roto con los acuerdos a los que se llegaron en 2012. Por cierto, Susana Díaz estaba en la mesa negociadora de ese pacto. Y ella misma ha incumplido aquello mismo que firmó. Es pregunta para ella.

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