Local

La paz que no llega a El Coronil

Vecinos que piden contenedores para sus VPO ocupadas y parados que reclaman trabajo en las obras del antiguo Plan de Empleo Rural. Dos protestas, un mismo escenario: el Ayuntamiento de El Coronil. La reivindicación es allí una constante, y aunque sus habitantes hablan de carácter pacífico, sólo opinan desde el anonimato.

TAGS:

Vecinos que piden contenedores para sus VPO ocupadas y parados que reclaman trabajo en las obras del antiguo Plan de Empleo Rural (PER). Dos protestas, un mismo escenario: el Ayuntamiento de El Coronil. La reivindicación es allí una constante, y aunque sus habitantes hablan de carácter pacífico, sólo opinan desde el anonimato.

Es miércoles, rozando el mediodía, y como cada día desde hace 10 jornadas, Beatriz Borrego se sienta en un banco del consistorio. Protagoniza un encierro para pedir trabajo para sus dos hijos en paro desde hace un mes. Son albañiles y como a muchos en este sector la crisis les hizo mella. "Sólo pedimos que el dinero llegue a todos los trabajadores, algo que llevar a casa", argumenta esta vecina.

Junto a ella medio centenar de vecinos protestan para reclamar contrataciones en las obras del antiguo PER. Se enmarca en una serie de manifestaciones que el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) inició por todos los pueblos para pedir fondos a la Junta de Andalucía y al Estado con que combatir la crisis, explica José Antonio Núñez, concejal de IU y alcalde hasta que en las últimas elecciones municipales, el apoyo del edil del Movimiento Alternativo de Izquierda de El Coronil (MAIN), Manuel Lara, permitió asumir el poder al PSOE, la segunda lista más votada.

De hecho, fue éste un cambio en el escenario político que tuvo como consecuencias altercados y agresiones, que se escenificaron con radicalidad en el pleno de la toma de posesión del alcalde, Jerónimo Guerrero (PSOE). "Es algo que no quiero que se repita", alega el regidor para justificar que hace dos días, el pasado martes, 60 agentes de la Guardia Civil tomaran el pueblo en previsión de la convocatoria de una sesión plenaria que podía ser "igualmente conflictiva".

La sesión no llegó a celebrarse porque "la Policía Local no podía garantizar la seguridad de los concejales y la Guardia Civil no puede intervenir hasta que ocurra algún incidente", explicó ayer el regidor, para el que estas constantes protestas no son más que "un intento desesperado" de desgastarles "por la pérdida de apoyo social que están sufriendo".

Cambio de lugar. El resultado es, en su opinión, el "bloqueo de la vida municipal": las obras del PER están paradas, con arreglos en calles a medio terminar, gente que no se atreve a ir al trabajo por los piquetes, vecinos que prefieren hacer gestiones en la casa consistorial cuando los encerrados se marchan. El pleno que no pudo celebrarse, se realizará, anunció el alcalde, la semana que viene "si no se rebaja el ambiente, a puerta cerrada, y si no, en la sede de la Diputación de Sevilla, con todas las garantías legales".

Seis guardias civiles observan con tranquilidad desde la otra parte de la plaza donde está la casa consistorial a los manifestantes que, pese al paso de los días, parecen llevar la situación con bastante calma. "Por ahora no hemos tenido que intervenir, no ha habido incidentes", asegura el teniente, que, sin embargo, seguirá allí, mientras dure esta protesta. Otra más, porque, "este pueblo es muy pasional en la política, siempre estamos en la calle", argumenta el líder de IU. Por la calle también van y vienen sus vecinos, que se quejan de "la mala imagen del pueblo, sí aquí nos queremos mucho... ah bueno, pero si vas a sacar mi nombre y mi foto en el periódico no hablo, que si no mañana...".

  • 1