El discurso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, programado para las 12 horas en el Congreso, dará el pistoletazo de salida al vigésimo primer Debate sobre el Estado de la Nación, el quinto que el líder socialista afronta como jefe del Ejecutivo y el que, a priori, se le presenta más complicado por la falta de apoyos a raíz de las medidas de ajuste por la crisis económica y de la polémica por la sentencia del Estatuto catalán.
Al igual que en años anteriores, Zapatero abrirá la sesión, sin tiempo prefijado, tras lo cual los distintos portavoces parlamentarios emitirán una primera opinión del discurso del presidente, en el que no se esperan grandes anuncios dada la coyuntura económica y política.
A partir de las 16.00 horas irán interviniendo los portavoces de los diferentes partidos con representación parlamentaria, de mayor a menor. Así, el primero en subir a la tribuna será el líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, que lo hará a las 16 horas y que por quinta vez se enfrenta a Zapatero en el banco azul en este tipo de debates. Le seguirán Josep Antoni Duran i Lleida (CiU), Josu Erkoreka (PNV), Joan Ridao (ERC), Gaspar Llamazares (IU), Joan Herrera (ICV), Francisco Jorquera (BNG), Ana Oramas (CC), Rosa Díez (UPyD), Carlos Salvador (UPN) y Uxue Barkos (Nafarroa Bai). Cierra el desfile la intervención del portavoz del grupo socialista, José Antonio Alonso.
Zapatero, que debatirá uno a uno con cada uno de ellos, podrá hacer uso de todo el tiempo que estime oportuno durante sus distintas intervenciones. No ocurrirá lo mismo con el resto de grupos de la oposición, cuyo tiempo sí está tasado. Como no dará tiempo a que todos los partidos intervengan en esta primera jornada, la intención es interrumpir el debate hoy a las 21 horas para reanudarlo mañana, aunque aún falta por decidir en qué momento se cortará, decisión que adoptará hoy la Junta de Portavoces antes del inicio de la sesión plenaria. El año pasado se concluyó tras la intervención de los portavoces de ERC-IU-ICV, quedando el grupo mixto y el socialista para el día siguiente.
Todos los partidos están seguros de que La Roja irrumpirá en el debate, pero casi todos, salvo UPN, rechaza que esto ocurra, pues "no se deben confundir deporte y política". Eso sí, el PSOE, convencido como los demás de que el éxito de la selección española se colará en el debate, cree no obstante que de las alusiones que surjan no se derivará ninguna controversia política, ya que se harán referencias con las que "todos estarán de acuerdo", según afirmó a Efe el secretario general del grupo parlamentario, Eduar¬do Madina.
Otro de los momentos más esperados del debate es el enfrentamiento con los nacionalistas catalanes después de conocerse la sentencia del Estatut. El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, es partidario de que las fuerzas catalanas impulsen una resolución unitaria en el Congreso que rechace "frontalmente" el fallo del TC y bloquee cualquier intento de reparar mediante leyes los cambios que ha introducido el Constitucional.
Si esta resolución -con mínimos como la cuestión lingüística, el modelo de educación, la división territorial de las veguerías y un modelo de financiación "más justo y equitativo"- que están fraguando se queda sólo en una "soflama", la unidad no es "estrictamente necesaria". El presidente del Gobierno, por su parte, intentará convencer al frente catalanista de la Cámara Baja de que hay margen para canalizar sus deseos de autogobierno desarrollando el Estatut, a pesar de la sentencia del Constitucional.
