Los grupos especializados de la Policía Local, como los dedicados a los malos tratos y a las calles comerciales del Centro, volverán a desmantelarse durante la Feria para que, igual que en Semana Santa, sus agentes patrullen de uniforme por el Real como parte del dispositivo de vigilancia del recinto ferial. La decisión ha sido comunicada ya a los mandos policiales pero aún no se han publicado las órdenes del cuerpo que establecen el destino de estos policías. En Semana Santa estuvieron dedicados a controlar el tráfico en torno a las cofradías y a vigilar los pasillos peatonales que atraviesan la Carrera Oficial.
La situación, que generó malestar entre los agentes de estos grupos y fue considerada por los sindicatos policiales como un primer paso para desmantelar estas unidades, ya ha tenido consecuencias: comeciantes y vecinos del Centro se quejaron de no tener policía a la que recurrir como el resto del año. Y el grupo especializado en malos tratos, el Diana, está colapsado después de haber abandonado sus rutinas diarias durante la Semana Santa, cuando ha habido trámites que no se han podido realizar porque sus policías estaban regulando el tráfico o las cofradías, y otros que ahora se están retomando.
A eso se ha unido que el traslado desde la Cartuja a la nueva Jefatura de la Ranilla no se ha completado, porque los nuevos despachos no tienen muebles para colocar los expedientes con los que trabajan, de forma que la información sobre los casos que tienen abiertos se encuentra guardada en cajas, dentro de un almacén de la primera planta.
No es su único problema: desde el traslado, la mayoría de las unidades desplazadas a la Ranilla, un edificio completamente acristalado en el que no se han colocado cortinas ni visillos, mantienen los enormes ventanales que hacen de pared exterior cubiertos con papeles de periódico, pósters o cartones, tanto para evitar el sol como para impedir que desde fuera se vea todo lo que ocurre dentro de los despachos, especialmente de noche, con las luces encendidas.
"Se suponía que el enrejado exterior iba a dar sobra al interior, pero debió de diseñarlo un arquitecto de Copenhague", ironizaba ayer Santiago Raposo, secretario de Organización del sindicato Sppme, que en el último número de su revista recoge las múltiples carencias del edificio, que con las lluvias del Lunes Santo se llenó de aguas fecales. Tampoco se ha trasladado la unidad de Transmisiones, algo que probablemente se haga después de Semana Santa y durante una noche, ya que no hay dinero para duplicar el servicio; y está previsto cambiar las cámaras de seguridad porque las que se instalaron tienen ángulos muertos.
A los tribunales. Por otro lado los policías, en pleno conflicto laboral con el Ayuntamiento por su reclasificación y el pago de los atrasos, acaba de recibir la notificación de la Subdelegación del Gobierno que les prohíbe concentrarse ante la caseta municipal durante la Feria por problemas de seguridad, por tratarse de un gran número de agentes y porque se podría "asustar a los caballos", explicó Raposo. El sindicato prepara ya el recurso ante los tribunales, en el que recordará que durante el mandato de Alejandro Rojas-Marcos ya se produjeron movilizaciones conjuntas de policías y bomberos ante la caseta municipal; mientras que durante el anterior mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín hubo protestas de los trabajadores de Tussam que ni siquiera fueron convocadas, y que la Policía Nacional ni siquiera desalojó.