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Las bodas capean la crisis

María y Dani tienen hacienda y cátering, pero les falta todo lo demás. Ni cortos ni perezosos van juntos a Espartinas para cerrar el detallito para los invitados, el viaje y los anillos. Su destino es Expoboda. Allí pasan desapercibidos a la sombra de los flashes que se dirigen al anfitrión del evento: José Ortega Cano. Foto: EFE

el 15 sep 2009 / 21:38 h.

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María y Dani tienen hacienda y cátering, pero les falta todo lo demás. Ni cortos ni perezosos van juntos a Espartinas para cerrar el detallito para los invitados, el viaje y los anillos. Su destino es Expoboda. Allí pasan desapercibidos a la sombra de los flashes que se dirigen al anfitrión del evento: José Ortega Cano.

Esta pareja sevillana no pensó en el diestro y su séquito de periodistas del corazón, sino en consultar los precios de cada alfiler, traje y cualquier otro enser que le sirviera para tener su boda, fijada para septiembre, de punta en blanco. Desde que decidieron contraer matrimonio, hace justo un año, han ahorrado como hormiguitas para darle un capotazo a una crisis que está en boca de todos y que ha hecho que los que viven de este negocio, el de las bodas, se luzcan con ofertas y descuentos para sus clientes.

Pero para capotazos los del ex torero de Cartagena, que salió indemne de la marabunta de cámaras de la prensa del corazón -donde hubo más de un empujón- con un posado en cada expositor, donde mostró su sonrisa más cautivadora. Después, una vez llegó al stand de la finca Yerbabuena, reconvertida en sala de celebraciones, se paró a hablar de las excelencias de una hacienda "con espíritu de campo".

Las parejas, entretanto, llegaban a cuentagota al recinto de Tablantes, donde estará hasta mañana Expoboda. Se paraban, en primer lugar, en la joyería artesanal Joaquín Cerpa, del vecino pueblo de Villanueva de Ariscal. Allí, el anillo no se elige, sino que se diseña a la carta. Al menos así lo afirma Chus Cerpa, una de las dueñas del negocio, consciente de que esta elección es la más difícil para la novia. Pese a ello, no se amilana y habla de modas. "La novia opta por complementos de estilo andaluz y recupera la corona o la tiara", comenta, a la vez que, de vez en cuando, echa un vistazo a la calle suspirando para que el tiempo mejore y pueda atraer a Expoboda a las visitas.

Además del ritual de los anillos, los enlaces de ahora también se ciñen al poder de la imagen y del gusto. Por eso los que más peso tienen en esta exposición comercial son las empresas de fotografía y las de cátering. En las últimas se encuentran Saboga, un servicio de restauración de Coria del Río que, en su debut en una feria, desvela el secreto para atraer a los novios. "Primero que venga a comer y que después decidan", afirma Sergio Ruiz. Otros, como el cátering Saavedra, del Cortijo Doña María de Pino Montano, optan por la innovación y, además de los platos, ofrecen brochetas de gominolas y una fuente de chocolate. Todo sea por contentar a los novios, a los que les dan hasta la opción de celebrar una capea, parecida a las que celebra Ortega Cano en su finca. Pero para lujo, el que ofrece Paco Caro: poder ir de la iglesia al convite subido en un clásico y elegante Rolls Royce.

Peluquería. La exposición no se olvida de nada: ni de los vestidos -con la presencia de 40 diseñadores- ni del maquillaje y la peluquería. De esto último se encargan la espartinera Mar Martínez y el palaciego Felix Carreras, conocidos por su labor de estilismo con los artistas del televisivo Se llama copla. Ellos destapan el secreto para que la novia luzca como nadie: no hay que seguir las modas, sino lo que mejor le sienta a la reina de la fiesta.

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