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Economía

«Las primas renovables deben ir a tecnologías que abaraten costes»

La presidenta de la Agencia Andaluza de la Energía y secretaria general de Desarrollo Industrial y Energético, Isabel de Haro, estima que la movilidad es la asignatura pendiente en el cambio de modelo.

el 04 jul 2010 / 19:48 h.

Isabel De Haro asegura que la apuesta es clara: renovables.

-Las energías renovables iban a jugar un papel protagonista en el cambio hacia la economía sostenible. ¿Los recortes de primas atenúan tal protagonismo?

-Jugarán un papel importantísimo en el cambio de paradigma energético en el que estamos inmersos, debido al cambio climático y al agotamiento de los recursos fósiles. Tenemos la fortuna de disponer de dotaciones de recursos de renovables, una energía que, además, está tirando de la economía, ha creado empleo y lo seguirá haciendo al tratarse de un sector naciente, con tecnologías incipientes que se tienen que desarrollar. El futuro es muy prometedor. Otra cosa es cómo se incentiva ese cambio de paradigma. En España se hace vía apoyo por tarifa, que hay que ajustarla, más teniendo en cuenta que el desarrollo de la tecnologías reduce los costes. El ajuste no afectará a los nuevos establecimientos.

-Sí, pero el sector se queja, sobre todo, del posible carácter retroactivo de las primas...

-Las últimas noticias apuntan a que no será así. Es una decisión de la Administración central. Nosotros entendemos que aquello que apruebe no puede afectar ni a la credibilidad ni al futuro sostenible de un sector estratégico para Andalucía. La regulación se tiene que hacer de forma responsable, con un marco estable y atractivo para su desarrollo.

-¿Marco estable? En los últimos años ha habido no pocos cambios y vaivenes...

-Es cierto, pero también lo es que en este sector tan dinámico estamos aprendiendo todos. Hay regulaciones sin el efecto esperado que, al final, se han de cambiar. Somos de los primeros países en crear este marco de regulación, de ahí que no haya una experiencia internacional de tarifas. Estamos innovando y unas veces se acierta y otras no tanto. Siempre hay que tener la valentía para corregir pensando en el futuro. En las renovables creo que es muy importante que se incentive la innovación, que las empresas no se dediquen a replicar tecnologías. Deben diseñar modelos más eficientes y que abaraten costes.

-¿A qué se refiere con futuro sostenible del sector?

-A que crezca en el mix energético y vaya abaratando los costes y resolviendo problemas energéticos y de abastecimiento [por ejemplo, en núcleos rurales].

-¿Existe una burbuja en las energías renovables como en su día lo fuera la inmobiliaria?

-Cualquier sector donde haya remuneración estable a 25 años, o a 15 en la biomasa, es obvio que tendrá un acercamiento de muchos inversores y muy apoyados por la banca. Esa seguridad de la prima hace atractiva la inversión. De lo que se trata es de apaciguar esas intensidades. No creo que sea algo específico de las renovables, sólo son casos puntuales. Así, en las fotovoltaicas, además de la remuneración, hay cierta facilidad de instalación, que no se da en la termosolar. La senda sostenible pasa por la adaptación de las remuneraciones y que éstas incentiven el avance tecnológico.

-¿Hay fraude fotovoltaico?

-Hicimos una inspección bastante potente, al 98% de las plantas instaladas, y sólo detectamos casos muy puntuales. No, en absoluto hay fraude generalizado.

-¿Qué mix debería haber en el sector energético andaluz?

-El mismo que para el resto de España. Creo que está resuelta la incorporación de las renovables en el mix eléctrico. Éste se irá consolidando más gracias a la irrupción del vehículo eléctrico, que irá reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles. Es precisamente en el transporte donde estriba la gran dificultad del cambio del mix [por la dependencia del petróleo] y el coche eléctrico contribuirá a medio plazo, al igual que los biocombustibles. El cambio del concepto de movilidad no lo vemos aún. Debe ser la gran novedad de los próximos años.

-¿El vehículo eléctrico realmente va a ser una revolución?

-A corto plazo no. Lo que tiene que revolucionar el sector es un cambio en los esquemas de la movilidad, con una mezcla de alternativas tanto en la red pública de transporte como privada. El vehículo eléctrico está, de momento, adaptado a distancias cortas; para las mayores hay otras fórmulas de movilidad, como los biocombustibles y una mayor conciencia de uso del transporte público.

-Para ese cambio de modelo hace falta cultura del cambio. ¿Cómo fomentarla?

-Pues la difusión es muy importante. Incidiría en el ahorro y la eficiencia. La mejor manera de gestionar la energía es racionalizándola. No tiene sentido llenar de renovables un sistema despilfarrador, chirría. Las renovables revelan una línea de convergencia con los precios actuales de las convencionales, y sería mayor si estas últimas integraran todos los costes que producen. El principal mensaje al ciudadano debe ser el uso racional de la energía. Es importante su aportación, en especial desde el punto de vista de la movilidad, aunque tenga menos alternativas para sus decisiones que en el hogar. Las empresas son ahora muy conscientes de su factura energética porque incide en su competitividad.

-¿La luz es barata o cara?

-Está ahora en la media de la Unión Europea tras haber pasado mucho tiempo por debajo. La factura del ciudadano depende de los elementos que configuren su vida cotidiana. Ahora, por ejemplo, somos conscientes de la climatización y la refrigeración.

-¿El ciudadano se ha beneficiado realmente de la liberalización?

-Es verdad que se dijo que la liberalización iba a plantear una reducción importante de precios, pero no ha sido así ni aquí ni en ningún otro sitio. La mayoría de los ciudadanos estamos incluidos en la Tarifa de Último Recurso, con precios controlados. Hay un hecho curioso y es que el bono social no se aprovecha. ¿Y ese ciudadano no lo sabe o no realiza los trámites? El mercado libre será más efectivo en próximos años, hay que esperar para que existan ofertas y ciudadanos y empresas sepan negociar.

«La nuclear es un elemento del pasado»

-¿Nucleares sí o no?

-Mi opinión personal es que las nucleares son un elemento del pasado que están presentes en el mix eléctrico. Como país debemos tener en cuenta nuestra localización, la oportunidad en las renovables y la existencia de empresas punteras en termosolar. No se trata de decir sí o no, sino de apoyar mucho las renovables porque son las que cambiarán de verdad nuestro mix. No contrapondría las nucleares con las renovables. Sí creo que el sector con futuro y en el que estamos muy bien posicionados es el solar y, en general, el de las renovables, donde también tenemos una posición muy interesante en materia eólica. Mi apuesta es clarísima: las renovables. Trabajaremos, además, por la I+D y por desarrollar una industria potente que fabrique los componentes y sea capaz de exportarlos.

-¿Por qué no se hace más hincapié en la biomasa?

-Sí lo hacemos. Nuestra gran apuesta es el sol y la biomasa. Ésta le da, en términos de gestión, estabilidad al sistema eléctrico y es un magnífico complemento al resto de las renovables que tienen más aleatoriedad [puede hacer viento o no, sol o no]. Sin embargo, tiene dos retos por resolver: uno, la logística y el abastecimiento a las plantas; y dos, los cultivos energéticos, aún no desarrollados con toda su potencialidad. En el documento del Plan de Energías Renovables que España ha enviado a Bruselas hay una pequeña presencia de la biomasa con la que no estamos de acuerdo. Queremos mayor presencia. Está costando desarrollarla pero el panorama cambiará. Ya hay proyectos de hibridación de la biomasa y la energía solar.

-¿La cogeneración ha caído en desgracia?

-Sigue estando presente y seguimos recibiendo solicitudes de cogeneración, que es muy importante como mecanismo de ahorro de costes en la industria. Hubo una remuneración interesante, después ésta bajó y se abandonó algo la tecnología, pero se está recuperando.

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