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Le piden 28 años de cárcel por asesinar a su mujer a puñaladas

La mató en su casa de Los Pajaritos y pasó todo un día con el cadáver

el 17 jul 2010 / 18:48 h.

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La familia de Cristina Maestre, la joven de 30 años a la que su marido mató de 12 puñaladas en su casa de Los Pajaritos hace año y medio antes de tirarse desde un cuarto piso, pedirá para Pedro C.M. 28 años de cárcel. Lo acusa de un delito de asesinato con la agravante de parentesco por el que exige 25 años de prisión; otro de lesiones por una de las agresiones que sufrió Cristina, por el que pide un año más, y un tercer delito de maltrato habitual, por el que solicita otros dos años para Pedro, que tenía dos hijos pequeños con la víctima y que está en prisión desde entonces. Los hijos, que no presenciaron el crimen al estar con una vecina, están a cargo de los abuelos maternos.

Pedro, que tenía entonces 28 años, mató a su mujer la noche del 9 de febrero de 2009 y luego quiso suicidarse metiéndose en una bañera con agua y un secador. Al no lograrlo se quedó dormido en la casa en la que yacía el cadáver de Cristina, con quien pasó casi un día entero hasta que llamó al 112 para admitir el crimen y avisar de que iba a tirarse por la ventana. Cuando la Policía lo encontró en la calle, boca abajo y con los huesos salidos de las piernas, dijo a los agentes: "Me he cargado a mi mujer y ahí queda eso". Los policías subieron y la hallaron sobre la cama de su casa de la calle Cigüeña, medio desnuda y con 12 puñaladas en el cuello, tórax y brazo izquierdo.

Así lo recoge el escrito de acusación de la familia, redactado por el abogado Pedro Fernández Quintero, que explica que el joven estaba esa noche "alterado y agresivo, y al parecer motivado por los celos" entró en el dormitorio y "se ensañó con la víctima aumentando deliberada e inhumanamente su sufrimiento".

El escrito recuerda que el matrimonio se casó en 2000 y sus relaciones se fueron deteriorando, sobre todo cuando en 2004 Pedro se quedó en paro y comenzó a exigir a Cristina dinero para droga, lo que generaba "frecuentes disputas donde el acusado lanzaba objetos a su esposa en la casa delante de sus hijos, la agredía con puñetazos, patadas y toda clase de golpes, continuos insultos, humillaciones y frases malsonantes". La familia de ella notó arañazos y moratones, pero ella pocas veces admitió el origen de las heridas.

La acusación recoge cuatro agresiones previas, dos de las cuales llegaron a ser conocidas por la Policía, pero quedaron en nada porque Cristina se negó a denunciar a su marido. Ocurrió en agosto de 2004, cuando la Policía fue al centro de salud de Amate avisada por los médicos y la joven contó que había sido empujada por su marido y agarrada del cuello, pero no quiso denunciar. En abril de 2005 fue curada de nuevo al sufrir lesiones durante una pelea en la que dijo haber recibido dos puñetazos en la boca y un bocado en la mano antes de ser lanzada fuera del coche. Se dictó una orden de alejamiento, pero en el juicio Pedro fue absuelto después de que Cristina optase por no declarar.

En junio de 2008 ella fue atendida de nuevo en un ambulatorio y relató que había sido atacada por su marido, que la había despertado de noche para pedirle dinero, y al negarse se había abalanzado sobre ella en la cama, tapándole la boca y la nariz con las manos y luego con una almohada mientras le gritaba "te tengo que matar, perra".
Sólo paró cuando su hijo de seis años se lo pidió. Cristina añadió que Pedro había intentando tirarla por una ventana cuatro meses antes, pero no había podido porque ella se había agarrado con fuerza.

El fiscal del caso realiza un relato idéntico de lo ocurrido, si bien especifica que Pedro sufría una "adicción al alcohol y la cocaína", por lo que le aplica la atenuante de drogadicción y solicita por el asesinato 18 años, más los dos por maltrato habitual y uno por lesiones, 21 en total.

La defensa de Pedro C.M. alega escuetamente que el acusado no cometió "falta o delito alguno", por lo que pide su absolución.

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