J. Alonso / M. J. Fernández
Hace ya casi dos años que Lipasam decidió rescatar un modelo de recogida de limpieza iniciado en el último mandato del PP y aplicarlo en todo el Centro: sustituir los grandes contenedores de las calles por cubos individuales. El sistema se aplica ya en una tercera parte del Centro, aunque aún no ha llegado a todas las calles de estos barrios.
En el casco histórico hay ya 1.896 vecinos o comerciantes que emplean el nuevo modelo de recogida de basura de Lipasam. Tras el parón provocado por el rechazo de la asociación de vecinos del Arenal a este plan, el Consistorio ha reactivado la campaña tras el pasado verano. Prácticamente se han duplicado los cubos individuales repartidos en los últimos cuatro meses.
Han llegado ya a zonas como Alfalfa, San Isidoro y el entorno de la calle Zaragoza. En su plan de actuación, la empresa municipal dividió el casco histórico en 36 sectores. El objetivo era tener ya la mitad de estas zonas completadas, aunque esta meta no se ha cumplido. Falta el entorno de la Plaza de Armas y todo el Arenal, además de varias vías de las áreas señaladas a las que aún no se ha llegado, como la Plaza del Museo o la Encarnación.
La dirección de Lipasam, encabezada por Rafael Pineda, hace un balance positivo de estos meses. Se han eliminado numerosos contenedores que estaban siempre llenos de residuos, se ha reducido el impacto visual, se ha limitado el efecto de las personas que rebuscan en las basuras por las noches y se ha aprendido de las experiencias. "El Centro es una zona muy complicada para la recogida de basura, porque es un área turística y comercial.
Está llena de negocios que saturan los puntos de recogida de basura. El modelo anterior generaba el anonimato, la gente tiraba lo que fuera y se marchaba", explica el gerente de Lipasam. En los edificios en los que ya se ha implantado el modelo se alcanzan distintos tipos de acuerdos entre los vecinos: unos se turnan, otros se comprometen a sacar los cubos y otros contratan un servicio de recogida que se dedica a sacar los contenedores a la calle.
La empresa ofrece a todos los vecinos un servicio propio para sacar las basuras en caso de que se demuestre la incapacidad por parte de los afectados, además, a instancias de las propias comunidades de propietarios, en las áreas en las que se ha actuado se deja un contenedor en un espacio común. El problema es que siempre aparece lleno.
El plan sigue avanzando. Cuando se complete la actuación en todo el casco histórico, con el reparto de 10.000 cubos individuales, se reabrirá el debate sobre el Arenal, cuya asociación de vecinos considera inadecuado este sistema. De ahí se pasará a Triana, que es el siguiente objetivo de la empresa de limpieza.
La satisfacción de Lipasam la comparten un sector de los vecinos. Como la comunidad de propietarios del número dos de la calle Cristóbal Morales o la frutería Hermanos Montes de la calle Carlos Cañal ?ambas cuentan con los cubos desde el último trimestre de 2008- que ya están habituados al nuevo sistema, con sus ventajas y desventajas.
Pero esta interpretación no es la única. En la misma calle Carlos Cañal hay vecinos con problemas y que "están indignados", según relatan los residentes en la zona. Y conforme cualquiera se adentra en el Arenal, el rechazo es mucho más explícito. "Los vecinos no cederán ante este problema", resume el presidente de la entidad vecinal Torrel del Oro, Antonio Fernández.
"De que nos sirve sacar los contenedores a nuestra hora, si luego vienen los gamberros de la noche y tenemos que ir a buscarlos cerca de la Encarnación", critican vecinos de la Arenal. El rechazo de este barrio ha llevado a Lipasam a aparcar su plan de instalar cubos individuales en la zona. Pese a esto, la dirección de la empresa tiene la convicción de que cuando se vea el "éxito" del sistema, los propios vecinos cambiarán su postura.