En el juicio, que se celebra ante un jurado popular, el joven no fue capaz de ofrecer detalles sobre cómo ocurrió la agresión a Paule George Vulpe, de nacionalidad rumana y de 41 años. Su madre tampoco fue capaz porque cuando llegó a la habitación de su vivienda en Los Pajaritos "ya estaba todo hecho". La mujer relató que aquel 29 de abril de 2010 el fallecido llegó bebido y tuvieron una discusión en la que le dio una bofetada. "Mi hijo lo escuchó todo y sucedió lo que sucedió", aseguró.
Según explicó la madre del acusado, la víctima "bebía bastante y con frecuencia", de hecho el análisis toxicológico reveló una tasa de alcohol de 3,44 gramos por litro de sangre cuando el máximo legal es 0,50, lo que hacía que "se transformara de ser un señor correcto a ser un déspota". "Me tenía siempre señalaíta", dijo la mujer en referencia a las constantes agresiones físicas que sufría, aunque nunca lo denunció, pero sí lo intentó echar de su vivienda. Ella también explicó que su pareja "se reía" de su hijo y que le "llamaba loco", además ambos discutían mucho e incluso habían llegado a pegarse.
El hermano mayor del acusado, aunque ya no residía con su madre, coincidió en relatar los mismos episodios. El joven explicó que su hermano sufre "trastornos", que le obligaban a tener que ser ingresado en el Virgen del Rocío de forma habitual. "La situación era insostenible, fui a Salud Mental porque sabía que iba a ocurrir una desgracia, pero nadie quería hacerme caso hasta que pasó lo pasó", aseguró, tras afirmar que él mismo había llegado a pelearse con Paul "por pegarle a mi madre".
Por su parte, el psiquiatra que estudió al acusado explicó que sufre "un trastorno de personalidad de tipo paranoide y antisocial", unido a "un retraso mental ligero acrecentado por la falta de formación y desestructuración familiar". Según el forense, las constantes humillaciones que sufría por parte de la víctima eran una "influencia negativa".
En la jornada de ayer, también declararon los forenses que le realizaron la autopsia al cadáver, quienes explicaron que el cuerpo presentaba diez heridas producidas por arma blanca, dos de ellas en la axila izquierda que fueron las que la causaron la muerte. Además, presentaba heridas de defensa.
Tras todas las declaraciones el fiscal mantuvo los diez años de internamiento en un centro psiquiátrico por un delito de asesinato. La defensa reclamó la absolución, al solicitar que se aplique la eximente completa por trastorno mental.