El matrimonio dueño de la inmobiliaria Contsa, que está en suspensión de pagos, ha sido imputado por dos juzgados diferentes por un presunto delito fiscal de 6 millones de euros en sus declaraciones del IRPF. La esposa ya ha recibido una citación para declarar el próximo 21 de enero.
Fuentes del caso han informado hoy a Efe de que el dueño de Contsa, José Salas Burzón, compareció la semana pasada en el juzgado de instrucción 10 por este presunto delito fiscal, pero su declaración quedó aplazada "sine die" al no haber tenido información oficial de la querella presentada contra él por la Fiscalía.
Su esposa M.C.B.D., que estaba citada por este presunto delito el 1 de diciembre en el juzgado de instrucción 8, no declaró entonces por compromisos anteriores de su abogado y ha sido convocada de nuevo para el 21 de enero, han añadido las fuentes.
Esta denuncia contra ambos por delito fiscal se une a la estafa y apropiación indebida que les imputa otro juzgado de Sevilla, en respuesta a la denuncia de varios inversores en Contsa.
La inmobiliaria se encuentra en suspensión de pagos desde febrero pasado y el dueño de la empresa cumple prisión incondicional desde el 3 de octubre por presuntos delitos de estafa, apropiación indebida, falsedad y delito societario.
La empresa captaba a pequeños ahorradores con la promesa de intereses de hasta el 40 por ciento y el informe de los administradores nombrados por el Juzgado de lo Mercantil recoge un déficit de 86 millones de euros entre el activo de 28,4 millones y el pasivo de 115,2 millones.
La Fiscalía de Delitos Económicos de Sevilla les imputa además un presunto delito fiscal en sus declaraciones del IRPF que sobrepasa los 6 millones de euros, y de los que 3,5 millones se imputan a la esposa.
La mujer también ha sido imputada por los presuntos delitos en la captación de ahorradores de Contsa pero, tras declarar ante la juez de instrucción 17, quedó en libertad al asegurar que firmaba donde le mandaban, no asistía a ninguna reunión y siempre advertía de que ella "no quería problemas".
M.C.B.D. manifestó que nunca entraba en los despachos de los notarios donde se firmaban los negocios de Contsa, y que se quedaba tomando café en la calle hasta que su marido la llamaba para firmar.
Afirmó también que su única formación académica es la EGB y un curso de auxiliar de guardería, y que toda su experiencia empresarial se reducía a una tienda de medias que gestionó hace años en el centro de Sevilla.