Cultura

«Los grandes monstruos acabarán donde tienen que acabar por la crisis»

Es un ejemplo dentro de la economía social y de cómo la lucha sindical puede llegar a buen puerto. La presidenta de la compañía de aceitunas de mesa Acyco ha logrado convertirla en un referente del sector. El Grupo SOS es dueño del 33% del capital. Foto: Paco Cazalla.

el 15 sep 2009 / 20:10 h.

Es un ejemplo dentro de la economía social y de cómo la lucha sindical puede llegar a buen puerto. La presidenta de la compañía de aceitunas de mesa Acyco ha logrado convertirla en un referente del sector. El Grupo SOS es dueño del 33% del capital.

-¿Cómo llega una sindicalista a ser empresaria?

-Vivimos distintas épocas económicas. El sindicato tuvo una gran importancia en España durante diez o quince años, una etapa que le sirvió para consolidarse. Ahora se entiende que estamos más asentados y las personas se transforman. No hay más remedio. Cuando se vive un cierre de empresa el que lidera es el sindicalista, como yo cuando la mercantil Villamarín decidió plantear un ERE, y entonces se apostó por mí por eso, porque tenía un recorrido dentro de la empresa. Llevaba mucho tiempo y había que tener una conciencia social para que creyeran por la viabilidad de la firma también las administraciones.

-Que una mujer sea la que lidere la lucha contra un ERE y que luego se haga cargo de la presidencia de una empresa como Acyco no era lo normal.

-Yo siempre digo que con 19 años ya representaba a 27.000 mujeres. Ahora está de moda, pero en los años 70 no había este movimiento. Había pocas mujeres que lideraban y yo lideré y por eso estoy ahora donde estoy, porque lo decidieron los compañeros. He hecho un trabajo que tiene continuidad. No tengo que trabajarme ser presidenta. Cada cuatro años no tengo que hacer campaña, afortunadamente (risas). Esto es un cargo que un día se termina y no pasa nada. Si mañana dejo de ser presidenta lo que nunca voy a dejar de ser es Encarnación Poto, eso lo tengo muy claro. Encarnación Poto no la ha hecho Acyco, ya estaba hecha. La ilusión es lo que me mueve, porque voy haciendo cosas nuevas.

-¿Piensa que usted y sus compañeros son el ejemplo a seguir ante los ERE, que se suceden cada día con la crisis?

-Por estar dentro de la economía social, lo que les he dicho, al menos a las empresas que presido, que la crisis no les debe afectar ni a un autónomo ni a una sociedad laboral. La crisis viene, la conocemos todos, de otro nivel de negocio. Cuando digo esto quiero que se entienda seriamente. Si a mí me dicen que un señor tiene una empresa que es sociedad laboral o un autónomo tropieza con estos caballos desastrosos, por ejemplo, la construcción, hay que decirle que este negocio volverá. Esta crisis no es como se está transmitiendo para ellos. Los grandes monstruos terminarán donde tendrán que terminar. Los nuevos ricos dejarán de ser ricos, los ricos serán menos ricos, y las empresas de economía social volverán a la normalidad. Es algo que tengo claro. Hay gente que ha hecho dinero en este momento. Siento que una crisis que nace del ladrillo o la especulación de terrenos le haya afectado a gente de la economía social, pero tengo claro que volverá a la normalidad.

-Es usted firme defensora del cooperativismo. ¿Aún más en una situación de crisis?

-El cooperativismo no nació ayer. La cuestión es que cuando se ha analizado su papel en Andalucía, tiene un 27% de empleo, y además de calidad. Para la situación de crisis que vive España, es un ejemplo. En la comunidad además su papel es más fuerte que en España. Cada vez hay más autónomos, más cooperativas y es porque hay más conciencia social. Nos mojamos más en Andalucía. Yo vengo de la economía social.

-¿Cómo ha sido la última etapa de Acyco, con la entrada del Grupo SOS?

-Cuando entramos en alianza con SOS, fue con un grupo con mucho prestigio, y nosotros negociamos de tú a tú, pudimos hacer una alianza. Fue mucho trabajo. Con la entrada del grupo, se doblaron las ventas y la mano de obra. Ahora somos 210 y cuando pasó lo del ERE éramos 135.

-¿Nota la crisis?

-A una empresa de alimentación como la nuestra no le ha afectado tanto. Es más, el sector de la aceituna de mesa ha crecido un 9,9% en exportaciones. Hay que tener en cuenta que el 70% de nuestras ventas surge en el mercado internacional, en línea con el sector. El mercado nacional, por su lado, se han mantenido.

-¿Y los impagos?

-No los notamos. Las cajas de ahorros, de las que dependemos el sector en una parte importante, al tener la crisis, han recortado las pólizas. Lo que pasa que a Acyco no le ha afectado eso, pero sí al sector en general. Cuando una crisis se sabe de dónde viene, se debe analizar desde las cajas. Ha sido mortal, porque se transmite que es mundial y europea, pero hay que mirar hacia dentro. Es una situación que se veía venir.

-¿Cómo va la exportación en un producto como la aceituna de mesa, con tanto éxito fuera?

-El sector está en 70 países. Antes era Estados Unidos el mayor exportador, pero Europa está ganando terreno en los últimos años y eso ha sido muy bueno, porque depender sólo de EEUU no estaba bien. Es una de las satisfacciones que tiene este sector, el haber entrado con más fuerza en Europa.

-¿Y al sector le va tan bien como a Acyco?

-El resto de empresas están en una situación muy parecida a la nuestra en lo que se refiere a la mecanización. El que pueda mantenerse y seguir invirtiendo en nuevas tecnologías se mantendrá. Además, está el tema de vertidos, que se están haciendo inversiones enormes para evitar el daño al medio ambiente. Más de 1.000 millones de pesetas para el proyecto que está por terminar, que lo hacemos desde la asociación que se dedica a eso.

-¿Tiene algún proyecto entre manos con el que sorprender al mercado?

-Tenemos previsto hacer productos frescos, que va en envases estilo tarrinas, una inciativa que se está poniendo en marcha y que el año que viene seguramente estará en el mercado. Estarán las gazpachitos y las deshuesadas. Son variedades que ya trabajamos pero lo que cambiamos es el envase. Se ha pensado para mandarlas al exterior, a países como Holanda. Es como una tapa.

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