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“Los jóvenes no podemos poner en el currículo que somos del Polígono Sur”

Entrevista a Raúl Sánchez Castillo, presidente de la asociación de vecinos Esperanza Sur de Martínez Montañés.

el 15 sep 2013 / 23:00 h.

A sus 27 años, Raúl Sánchez Castillo preside la asociación de vecinos Esperanza Sur de la barriada de Martínez Montañés. Foto: J.M.Paisano (Atese) A sus 27 años, Raúl Sánchez Castillo preside la asociación de vecinos Esperanza Sur de la barriada de Martínez Montañés. Foto: J.M.Paisano (Atese) Habla con una madurez apabullante. ‘El niño del megáfono’, como se le conoce cariñosamente en el Polígono Sur, se ha criado entre pancartas y movilizaciones. Con sólo doce años daba voces ante el Ayuntamiento para exigir mejoras para su barrio. Ahora con 27 años, Raúl Sánchez canaliza las reivindicaciones desde la presidencia de la asociación vecinal Esperanza Sur, en la barriada Martínez Montañés, una zona deprimida de la ciudad donde, recuerda, “también vive gente normal”.   –¿Qué le lleva a implicarse tan joven en el movimiento vecinal? –Desde muy pequeño he estado metido en todas las reuniones del barrio. Siempre he tenido claro que los jóvenes nos tenemos que levantar para sacar adelante el barrio desde un pensamiento crítico y comprometido. De hecho, formo parte también de los llamados Jóvenes Transformadores del Polígono Sur (JTP), un colectivo que se afana en que ésta sea una zona más de Sevilla.   –¿Qué futuro tienen los jóvenes del Polígono Sur? –Hoy en día, con la crisis, ninguno. Los jóvenes somos los que más sufrimos la actual coyuntura. Aquí una vez que terminan la escuela obligatoria con 16-17 años, tienen pocas opciones para seguir formándose. La mayoría terminan en la calle, sin aspiraciones, sin formación, a la deriva. Hubo una época en la que los talleres de empleo, las escuelas taller y los prelaborales dieron buenos resultados. Creo que se les debería de dar continuidad y aumentar las plazas.   –¿Qué reclama para el barrio? –Que las cosas que se hacen en el resto de barrios, se hagan también aquí. Ni más, ni menos. Que la Policía, por ejemplo, actúe aquí como lo hace en Los Remedios. Que la impunidad en materia de seguridad se frene como en el resto de Sevilla, que se respeten las leyes y las normas.   –Hace una década se aprobó un Plan Integral que trata de corregir estas desigualdades... –Sí, y se nos critica por ello. Con el Plan Integral ha venido mucho dinero, pero aquí no tenemos la culpa de cómo se ha gestionado por parte de las administraciones. Lo que hay que hacer es trabajar en serio con las familias desestructuradas para que cambien las cosas, y, así, si se arregla un banco, no se destroce de nuevo.   –¿Por qué cuesta tanto cambiar la realidad del Polígono Sur? –El barrio no va a cambiar porque a la administración en general no le interesa. No hay voluntad política. Quieren que todo siga así para tener controlado el foco de marginación. Ahora que tampoco vayan diciendo por ahí, algunas televisiones, que aquí vivimos poco más que como las favelas de Brasil, que tampoco es eso. Invitamos a los medios de comunicación que hablan sin conocernos, a que vengan y vean como se vive aquí. Que no todos somos iguales. Es una pena que los jóvenes no podamos poner en el currículo que somos del Polígono Sur porque no nos cogen por miedo.   –Casos como el reciente tiroteo entre clanes con la muerte de una mejor, no ayuda mucho... –Ni a este ni a ningún otro barrio. En el Polígono Sur no acaba nunca la conflictividad ni tampoco la impunidad para delinquir.   –¿Qué valoración le da a la gestión de Maeztu en el comisionado del Polígono Sur? –Si bien es cierto que en sus diez años de comisionado se han hecho muchos equipamientos y el ladrillo ha crecido mucho [centro de servicios sociales...] en el barrio, también es verdad que no se ha trabajado con las personas, educándolas y formándolas para potenciar el cambio y abrir el camino a una convivencia vecinal óptima. No es sólo infraestructuras, sino también hay que dar una respuesta a las personas. Me hubiese gustado que Maeztu antes de irse hubiera dado un golpe en la mesa para decirle a las administraciones que esto no es a lo que se comprometieron al firmar el Plan Integral. Que el plan está ahora mismo parado.   _–¿Qué estáis dispuestos a hacer para reactivarlo? –Todo. La semana pasada nos encerramos en la Oficina del Defensor del Pueblo y logramos el compromiso de que Estado, Junta y Ayuntamiento se verán en la mayor brevedad, pues desde 2007 no se reúne la Comisión Política del Plan Integral. Vamos a estar encima hasta que saquen adelante el Plan Integral.   –¿Cuál debe ser el perfil del nuevo comisionado? –El sucesor debe tener las competencias propias de una autoridad única para que se agilicen las acciones en el barrio. Y que cuente con los vecinos, pues sin la participación de los vecinos, el Plan Integral nunca podrá funcionar como se acordó. Nos ha faltado un comisionado referente, porque a veces se hemos sentido engañados. Llevamos tres meses sin nombrarse uno nuevo, porque parece que esto puede esperar. –El sindicato de conductores pidió que la línea 30 de Tussam dejara de pasar por el barrio por problemas de seguridad, ¿es realmente una ruta conflictiva? –Si no quieren entrar por falta de seguridad, les digo que se unan a nuestras reivindicaciones y nos apoyen, pero que en ningún caso nos dejen incomunicados. Pagamos los mismos impuestos que otros barrios y tenemos derecho a los mismos servicios.

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