Jóvenes al día

Los jóvenes y la reforestación de espacios devastados

Iniciativas sostenibles / La UPO y la asociación Adecuna llevan a cabo una repoblación en la zona arrasada del Corredor Verde del Guadiamar para implicar a la comunidad universitaria con el medio ambiente.

el 28 nov 2014 / 19:45 h.

bin_33344105_con_16463393El Vicerrectorado de Estudiantes, Cultura y Compromiso Social de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), a través de la Línea de Educación Ambiental y Sostenibilidad, organiza cada año, desde 2005, una reforestación participativa con el objetivo de sensibilizar a la comunidad universitaria en materia medioambiental y de esta forma poner en valor el entorno natural más cercano a la comunidad. Estas reforestaciones se enmarcan dentro del programa de voluntariado ambiental Recuperando el Monte Mediterráneo, en el que la UPO viene participando en colaboración con la Asociación para la Defensa de la Cultura y la Naturaleza (Adecuna) de Aznalcóllar. «El objetivo es la formación empírica como herramienta de defensa de nuestros montes, y a la vez ayudar a mejorar o recuperar una zona degradada», plantea María José Molina, técnico de Educación Ambiental y Sostenibilidad de la UPO. Adecuna surge en 1995 como resultado de la fusión de iniciativas en temas ambientales y culturales por parte de los vecinos del municipio de Aznalcóllar. Entre sus objetivos se encuentran el estudio y defensa de la naturaleza y la cultura a través de seminarios, plantaciones, podas y senderismos de investigación. Juan Antonio Figueras, coordinador de voluntariado de esta asociación, explica la importancia de la participación de Adecuna en la promoción del medio ambiente: «Una de nuestras principales acciones es la defensa del medio forestal, por eso pensamos que no sólo deben participar con su trabajo y conocimientos los profesionales que intervienen en la recuperación de espacios naturales. Hay que propiciar la incorporación de los ciudadanos en estas actividades para lograr transmitirles los saberes sobre el medio y contribuir con ellos a su promoción, recuperación o mejora». Desde Adecuna pretenden que las tareas de participación de los ciudadanos de forma directa y altruista se conviertan en una herramienta con efectos duplicado- res, y que además de contribuir al bien común potencien la concienciación de la población. «Es también una forma silenciosa de apoyar, fomentar y progresar en la mejora de nuestro sistema democrático, a través de la acción directa y la crítica constructiva», plantea Figueras. En cuanto a las zonas de intervención, hasta 2011 habían actuado en la sierra de Aznalcóllar (Sevilla), donde se produjo el catastrófico incendio del año 2004 que arrasó más de 30.000 hectáreas de monte. Desde hace dos años, también actúan en el Corredor Verde del Guadiamar. Concretamente en el tramo norte de éste, catalogado como paisaje protegido junto al Arroyo de Los Frailes, también ubicado en el término de Aznalcóllar. Punto donde el río Guadiamar entra en contacto con los paisajes de Sierra Morena. De esta manera, el Corredor Verde posibilita que la fauna llegue hasta este punto y desde ahí, acceda a la sierra y se disperse por los montes. «No sería sólo la fauna la que se beneficiaría del corredor, también lo harían las plantas, tanto en sentido norte como hacia el sur, convirtiéndose en un punto de migraciones de contacto hacia ambos sentidos», resalta la responsable de Educación Ambiental de la UPO. Para la realización de estas actividades, la universidad aporta transporte y seguro para los voluntarios que participan en las jornadas de reforestación. La asociación Adecuna aporta las herramientas, materiales y plantones. Además, cuentan con la colaboración de la Delegación de Medio Ambiente, que también aporta plantones para la repoblación. Entre las especies empleadas para ésta se encuentran: alcornoques, encinas, quejigos, algarrobos, acebuches, madroños, lentiscos, mirtos, labiérnagos, rosales silvestres, durillos, majuelos, palmitos y adelfas. La jornada de reforestación se convierte en una convivencia entre comunidad universitaria y personas de la zona, ya que participan estudiantes, personal docente e investigador y personal de administración y servicios, muchas veces acompañados por familiares. Desde el comienzo de esta iniciativa han participado 2.000 personas que han ayudado en la reforestación. «Además de universidades como la Pablo de Olavide han participado en nuestro proyecto estudiantes de otras muchas nacionalidades: México, Perú, Argentina, Brasil, EEUU, Portugal, Francia, Italia, Chequia, Lituania o Suecia», resalta el coordinador de Adecuna. El porcentaje medio de éxito de estas reforestaciones se encuentra entre el 70-75%, una estadística bastante buena teniendo en cuenta que los últimos años han sido bastante secos. «Se está plantando con una densidad de unos 400 pies por hectárea, siendo suficiente unos 300, pero de esta forma se garantiza la densidad», explica Figueras. Hace sólo unos meses Adecuna ha recibido el premio Emilio Castelar a la defensa de las libertades y el progreso de los pueblos, en la mención especial a la categoría de Medio Ambiente.

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