Los menores pasan el mismo tiempo frente a la televisión que en la escuela, según un informe del Consejo Audiovisual Andaluz (CAA). Es algo que tiene muchas causas, entre ellas el gran número de horas que los menores se encuentran sin la presencia de sus padres o la pasividad ante unos contenidos de los que no son consciente. Según la Unesco, en ello también influye la imitación de los modelos parentales, a los que se les pide una actitud más crítica ante la tele. Los expertos recomiendan una mayor protección en los contenidos que inciden en los menores. En este sentido, la Asociación de Telespectadores de Andalucía está impartiendo un proyecto educativo para divulgar el uso que se debe hacer de los medios e incluso piensa en una asignatura dedicada a ello a partir de los 12 años.
El presidente del Consejo Audiovisual, Juan Montabes, consideró "significativo" que un 23% de los menores entre 4 y 12 años, está delante de la televisión entre las diez y las doce de la noche, lo que supone la visión de contenidos inadecuados para su edad. Ésto hizo que el Audiovisual abriera un expediente a España, que "es el mayor incumplidor de la legislación audiovisual de toda Europa, lo que no es de extrañar, porque no existe un Consejo Audiovisual Estatal, que es el que realmente podría controlar estos contenidos".
Aunque las resoluciones del Audiovisual no son jurídicamente vinculantes, no todo está perdido para los ciudadanos en la batalla contra la telebasura. En 2009, las reclamaciones dieron lugar a la apertura de varios expedientes, como el que sancionó a Telecinco por el programa Sálvame, que emitía contenidos de carácter obsceno en horario infantil y que fue denunciado por una gaditana.
La Unesco advierte de la asimilación inconsciente de actitudes que pueden repercutir muy negativamente en los menores, que tiene su reflejo en las cadenas generalistas con programas que emiten por la tarde, con imágenes de violencia, sexo, amenazas, expresiones obscenas o de maltrato a la mujer. Ocurre lo mismo con las telenovelas, en las que se marcan significativamente los roles sexistas, así como mujeres esculturales que tienen que conquistar a poderosos.
