La escasez de policías locales que se está produciendo desde que éstos dejaron de hacer horas extra, porque el Ayuntamiento no tiene dinero para pagarlas, contrasta con la alegría con la que se han empleado hasta este momento sus servicios en Sevilla. No sólo por el abuso, admitido por todos, de las horas extra para servicios cotidianos que deberían estar previstos en los cuadrantes diarios, sino por una curiosa realidad: la atención que se presta a particulares no se paga, a pesar de que estas tasas figuran en las ordenanzas fiscales. Están recogidas justo antes de las tasas de la grúa, que sí que se cobran cuando se retira un vehículo.
Ahora que puede haber la mitad de policías un fin de semana porque no hay dinero para pagar las horas extra, y que se han dejado sin atender llamadas por falta de efectivos, cuesta creerse que durante años una cruz de mayo o cualquier actividad de barrio hayan podido contar con agentes gratis, cuando los policías no son tan baratos: cada hora de trabajo de un agente raso, sin ninguna graduación, cuesta 9,48 euros, una cantidad que va aumentando a medida que crecen los galones. Las horas o fracciones de un oficial se cotizan a 9,91; las de un inspector a 13,13 y las de un intendente a 17,76 euros, según las ordenanzas fiscales para 2010 publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia.
También el uso que se da a los patrulleros para fines particulares está valorado: 77,22 euros por cada hora o fracción de un coche patrulla o radiopatrulla y 30,88 por cada moto. Todas estas cifras aumentan un 50% si el servicio es nocturno y se realiza entre la medianoche y las 8.00 horas. Por imaginar el caso más simple, pongamos una carrera popular de una asociación de vecinos, de dimensiones mínimas, que pudiera cubrirse sólo con un par de motoristas. Imaginen que sólo hay que cortar el tráfico tres horas, dos para que los corredores tengan vía libre y un margen para montar y desmontar. Más otra hora para que los policías lleguen desde la Jefatura y se marchen, ya que según las ordenanzas ese tiempo también se paga. Un policía y un oficial, motorizados, durante cuatro horas costarían a la asociación 324.6 euros.
Disponer durante ese mismo tiempo de dos parejas de policías y dos patrulleros alcanzaría los 695,32 euros. A partir de ahí, imaginen cualquier actividad que precise más efectivos. La ordenanza recoge estos precios para espectáculos públicos, paso de caravanas, obras en la calle y cualquier actividad que necesite de la Policía. No se aplicaría para servicios de interés general, como la salida de las cofradías, que aporta beneficios económicos a la ciudad. Los Bomberos, por ejemplo, cobran cuando el servicio no es una emergencia: no pasa factura por apagar un incendio, pero sí por abrir la puerta a alguien que se ha dejado las llaves en casa.