El consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, recordó ayer que la enseñanza sigue siendo esencial en el Gobierno de José Antonio Griñán, por eso su departamento -como el resto de consejerías- ha empezado a estudiar "dónde recortar aspectos que no sean esenciales" para la educación.
"Estamos cooperando en una estrategia común para combatir el déficit público", dijo, y advirtió de que el margen de recortes de su consejería se centrará, por ahora, en la partida de "gastos corrientes" (teléfono, luz, agua, material fungible, etc...), "pero no en el gasto corriente de los centros educativos", añadió. De la Chica aseguró que la Consejería de Hacienda no les ha reclamado una cifra concreta de ahorro, como sí ha hecho con otros departamentos, y confirmó que los planes fundamentales del sistema escolar seguirán intactos.
Con esta idea, el consejero convocó en un hotel de Sevilla a 595 directores de instituto de Cádiz, Huelva, Córdoba y Sevilla, para explicar la ampliación del plan Escuela TIC 2.0 a la Secundaria. Los alumnos de 6o de Primaria que en enero recibieron los primeros ordenadores portátiles pasarán con ellos a 1o de ESO el curso que viene, y la Junta tendrá que preparar a sus profesores en septiembre. Educación les entregará 10.500 portátiles y les enseñará cómo usarlos antes del inicio de curso. En verano se equiparán 3.112 aulas con pizarras digitales en centros de ESO.
El plan Escuela 2.0 es una iniciativa del Ministerio de Educación cofinanciado a medias con las comunidades. Andalucía es la única región que lo puso en marcha a dos velocidades, no sólo en 5o y 6o de Primaria, también en 1o de ESO. En este curso, la Junta gastó 22 millones de euros (otros 22 el ministerio), y en el curso próximo, se volverán a gastar 44 millones. Educación comprará 100.000 portátiles más para los alumnos que entren en 5o de Primaria. En total habrá 9.551 aulas digitales en toda Andalucía y 288.000 portátiles.
La continuidad de la Escuela 2.0 depende del efecto de los recortes del presidente José Luis Rodríguez Zapatero en las arcas del ministerio. Algunas regiones gobernadas por el PP renunciaron al programa y al dinero que les ofrecía el Estado para los PC, porque ponían en duda que el plan fuera efectivo y que la necesidad más acuciante de la escuela fueran los portátiles. También desde algunos ámbitos de la consejería se planteó redefinir el proyecto para que la Junta sólo repartiera portátiles entre alumnos con más necesidades, en lugar de ofrecérselos indistintamente al que no tiene PC en casa y al que tiene tres ordenadores. Este modelo lo aplicó Cataluña, con el copago de los portátiles para las familias más pudientes.
