Los famosos selfies tienen efectos secundarios. Esto no se lo dice su farmacéutico, no. Según el presidente de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (Semal), José Serres, esta moda ha traído consigo un aumento en las intervenciones de cirugía estética. «Es una tendencia muy reciente, de hace unos tres meses», dice Serres. «Fue entonces cuando desde la sociedad americana de cirugía plástica concluimos que el aumento en las intervenciones se basa en esta nueva moda de la autofoto». Gracias a este tipo de imágenes es posible verse desde otros ángulos, otras perspectivas en las que antes no se reparaba y «es entonces cuando se observa lo que a uno no le gusta». «Hace unos años hacíamos fotos de tanto en tanto, teníamos una cámara. Ahora no solo nuestros móviles son las propias cámaras», afirma Serres. «Y no solo eso, hacemos la foto y la compartimos con todos nuestros amigos y conocidos en las redes sociales». Algo que ha hecho que nos cuidemos y seamos aún más esclavos de nuestra imagen. «Con tanta presencia en internet, quieres que te vean bien y además comparas con tus amigas y ves en qué cosas puedes mejorar», comenta Carmen, una publicista de 30 años que ayer se hizo un aumento de labios. Una intervención que no fue la primera ni será la última, pues, afirma, esta es «una labor de mantenimiento» y hay que retocarse «un par de veces al año». El de Carmen es uno de los tratamientos más comunes. «La mayoría de la gente que acude se retoca la nariz, los labios, el mentón, las orejas...», enumera Serre. Básicamente tratamientos faciales. Una tendencia clásica del invierno, «esta no es época de cuerpo, quizá cuando llegue el verano y nos fotografiemos en bikini veamos un incremento en otras intervenciones como la liposucción o el aumento de mama». Por lo general, son «técnicas poco invasivas y que solo mejoran la imagen y combaten el envejecimiento». Algo, que según el cirujano depende de cada caso, pero «suele llegar a los 35, edad a la que se pierde la lozanía y aparecen los primeros signos reales de envejecimiento». Si bien, por las manos de este médico pasan personas de todas las edades. «Una nariz aguileña o unos labios finos son así a los 18 y lo seguirán siendo siempre. En esos casos la edad no va hacer que cambie nada», afirma. Aunque Serre ha notado y constatado por algunos pacientes que esta tendencia de la autofoto ha llevado a algunos casos a su clínica. «La clave», apunta Serre, «reside en que España es el segundo país en esperanza de vida del mundo», solo por detrás de Japón y «muchas personas terminan por no identificarse con la edad que tienen».