Cofradías

Mandamases

La opinión de Ana María Ruiz Copete

el 06 mar 2015 / 09:05 h.

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Hace unos días, escuché esta expresión, tan usada en nuestra tierra, referida a quienes tenemos alguna responsabilidad en las juntas de gobierno de las hermandades. El diccionario de la Real Academia Española define esta palabra como «persona que ostenta demasiado su autoridad o aquella que desempeña una función de mando». Pero, ¿realmente es una función de mando la que tienen los componentes de una junta de gobierno? Quiero pensar que no. Es cierto que desde hace ya algún tiempo hay personas, las menos, que utilizan nuestras cofradías como plataforma de lanzamiento social o profesional. Sin embargo, estoy convencida de que la gran mayoría de hermanos mayores, mayordomos, priostes, secretarios o diputados de cualquier índole, ofrecen su esfuerzo y su tiempo a sus respectivas hermandades no por tan abyecto motivo sino porque son, realmente, hombres y mujeres comprometidos auténticamente y que entienden la hermandad como un camino de espiritualidad y sacrifican su tiempo de ocio para trabajar por el bien de sus respectivas corporaciones. Por este motivo y sabiamente, todas las reglas que yo conozco califican a los miembros de las juntas de gobierno como «oficiales» o, lo que es lo mismo, «persona que se ocupa o trabaja en un oficio». Me consta que, en la mayor parte de los casos, estos oficiales gestionan las tareas que tienen encomendadas lo mejor que pueden y saben. La mayoría de estos oficiales no buscan notoriedad ni quieren que se hable de ellos ni dentro ni fuera de las hermandades. Por eso, me resulta cuando menos sorprendente, aunque yo lo calificaría como ofensivo, que haya medios de comunicación en nuestra ciudad que pretendan convertir a los oficiales en esos mandamases, queriendo darles un unas funciones de mando y, lo que es más grave, en mi opinión, una publicidad que la inmensa mayoría ni desea ni reclama.  

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