José María Manzanares fue intervenido ayer en la clínica Mompía de Santander de una rotura del ligamento colateral cubital del pulgar derecho que arrastraba desde hace seis semanas. El diestro alicantino se fracturó el ligamento el pasado 30 de mayo durante la lidia de su primer toro en la plaza de Aranjuez.
Toreando en la feria del Corpus Granada se resintió de la lesión y en un compromiso posterior en Plasencia tuvo que pasar a la enfermería para administrarle una infiltración que le permitiera reanudar la lidia. El matador ha preferido no dejar de torear para acudir a todos los compromisos en los que estaba anunciado y ha llegado a emplear una prótesis para poder entrar a matar y paliar los fuerte dolores que arrastraba.
Manzanares ha toreado nueve corridas soportando las molestias inherentes a esta fractura y ha aprovechado un breve receso en la temporada para afrontar esta operación quirúrgica después de que los médicos hayan diagnosticado definitivamente la fractura del ligamento del pulgar que le ha obligado a pasar por el quirófano. Desde su propio entorno se ha reconocido que el tiempo de baja que se abre a partir de ahora es "indeterminado" y le hará perder un buen número de los contratos que tenía firmados en un verano taurino en el que era base indiscutible de la mayoría de las ferias.
El torero se encuentra muy afectado por esta nueva lesión que se suma al largo y complejo proceso de recuperación que ya tuvo que afrontar después de otro corte de tendones en la mano izquierda que se produjo en septiembre de 2010 en Utrera. Manzanares quiere reaparecer esta misma temporada aunque aún tienen que pasar un par de semanas antes de que el doctor Piñal, que le ha operado en Santander, esboce un diagnóstico concluyente que permita aventurar plazos de recuperación más concretos.
