Las palabras de Enzo Maresca han tenido un gran eco, hasta el punto de que el italiano tuvo que reunir a todos en el vestuario para explicarlas. Lo que dijo, desde luego, no ha sentado bien a nadie. Sus compañeros lo pasan por alto, y habrá que ver si Manolo Jiménez también lo hace.
Con independencia de que lo que dijese sea la pura realidad, que lo es, el hecho de que un futbolista hable de la forma en que él lo hizo de otros jugadores y del técnico ante los medios de comunicación suele traer consecuencias.
La más clara es el malestar que ha causado en el plantel, en el cuerpo técnico y en el club. Del Nido lo dejó muy claro: los trapos sucios se lavan dentro. Maresca ha pasado de defender a Jiménez y al equipo a no hacerlo.
Hace no mucho, cuando jugaba más, pensaba una cosa y ahora, que juega menos, otra. No es que no se pueda cambiar de opinión. Lo que le pone en entredicho es el momento y el foro en el que ha expresado su opinión.
Por todo ello, Maresca quiso hablar con todos antes del entrenamiento. Luego, caras de aquí no pasa nada y a trabajar.
Sobre este asunto ha hablado uno de sus compañeros, Julien Escudé. El francés intenta restarle importancia, pese a reconocer, que las declaraciones sorprendieron. "Son cosas internas del vestuario, donde se habla y se dicen las cosas cara a cara. Hemos hablado un ratito, no mucho, de eso."
"Él nos ha explicado lo que dijo a la prensa. Todos estamos con él, y el técnico el primero. Es un jugador más de la plantilla, parte importante de ella", dice. "Estamos todos unidos. Los aspectos externos no nos importan. Es algo que entra dentro del mundo del fútbol", apunta el central.
Preguntado sobre si, como Maresca, también opina que el Sevilla "está demasiado pendiente del rival", Escudé responde: "No podemos pensar únicamente en nosotros. Hay un contrario que tiene sus cualidades. Contrarrestar a Villa, por ejemplo, no es lo mismo que a Zigic".
