Fernando Marías y María Tena.
"Todo empezó aquí", explica Fernando Marías. "Tras obtener el premio Ateneo de Sevilla, me fui al Caribe con una mujer con la que acababa de empezar una relación. Pero allí me encontré con dos fantasmas, dos mujeres del pasado que me neutralizaron, me produjeron un ataque de impotencia y un deseo delirante. Entonces empecé a psicoanalizarme y a escribir".El resultado de aquella experiencia es Todo el amor y casi toda la muerte (Espasa), que le valió el premio Primavera de Novela, y donde el lector encontrará, entre otros personajes, a un poeta enamorado de una mujer inexistente y a un hombre perseguido por el hampa, todos ellos al servicio de una reflexión sobre el amor y el deseo.
"Creo que en general no somos sanos cuando deseamos", afirma Marías. "No sabemos amar con madurez la mayor parte de las veces, tenemos una sexualidad bastante destartalada y funcionamos a machetazos. Reconozco que para mí hay un antes y un después del psiconálisis: he aprendido a escuchar a las mujeres, a entenderlas y a ahondar en su discurso".
Pero el escritor sigue relacionando su novela con Sevilla. "El poeta, Gabriel, es un personaje lánguido, sufridor y bastante cantamañanas, como lo era Bécquer en ciertos aspectos. Se le tiene como uno de los grandes de la poesía amorosa, pero luego descubrimos que era un obseso sexual, como podemos llegar a serlo todos en un momento dado. Hay una parte sórdida en Bécquer que también posee mi protagonista", agrega.
No es casual que en la portada del libro aparezca una mujer desnuda, una visión muy romántica, que contrasta con la cabeza de un monstruo agazapada en una esquina. "A ese monstruo lo he conocido yo, y ésa es la metáfora del libro", sonríe Fernando Marías. "De todos modos, creo que todo el mundo debería vivir una pasión sexual salvaje y patológica", añade.
Con una atmósfera muy lograda, que participa por igual de la narrativa fantástica, del thriller y la novela psicológica, Marías logra que "todos los personajes acaben siendo espectros, porque -como me dijo un autor muy conocido por aquí, Félix Palma-, todos están en casi toda la muerte. Les queda un último paso, del que le separa nuestro deseo de que permanezcan", explica. "Tal vez tiene lógica que la promoción de la novela termine aquí, en Sevilla. Aquí empezó todo", apostilla el escritor.