Local

Marsans, un grupo que quiso volar y al que las alas le costaron su futuro

Primero fue el impago a los trabajadores de tierra, luego a los pilotos, posteriormente las tasas de navegación, y por último el alquiler de los aviones, lo que llevó a que el 21 de diciembre, y con una deuda acumulada de más de 160 millones de euros, dejase de operar.

el 10 jun 2010 / 07:00 h.

TAGS:

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y su socio Gonzalo Pascual no han podido pilotar las líneas aéreas que han incorporado progresivamente a su grupo turístico, y que han sido las que al final han lastrado a Viajes Marsans con una deuda superior a los 320 millones de euros.

La venta, conocida hoy por Efe, pone fin a una agonía larga, demasiado larga, a la que han contribuido algunas operaciones que desde el punto de vista del analista objetivo podían parecer descabelladas, aunque también se pueden atribuir a la mala suerte, o quién sabe si a un fallo en la gestión.

Desde el 2006 no ha habido otra cosa que una especie de huida hacia adelante ante la acumulación de problemas que a menudo han mezclado lo personal con lo profesional, aunque si algo ha quedado claro en su desarrollo es la situación por la que han pasado ambos socios con sus operaciones aeronáuticas.

Primero la compra de Spanair junto con un miembro de la escandinava SAS, de la que vendieron diversas participaciones hasta quedarse con tan sólo un 5,6 por ciento, cantidad de la que se deshicieron en 2006, con la intención de adquirir el cien por cien de la aerolínea.

Esta operación nunca se llevó a cabo, dado que SAS no quiso aceptar la oferta de Marsans entrando en una especie de subasta, por lo que Pascual y Díaz Ferrán se retiraron quedándose sin la aerolínea.

No obstante, tenían en su poder la compañía Aerolíneas Argentinas, comprada en 2001, así como la especializada en chárter Air Plus Comet, que empleaba como soporte aéreo para sus ventas vacacionales.

Tras una amplia serie de vicisitudes, entre finales del 2008 y el desarrollo del 2009, se quedaron sin la primera, tras ser expropiada por decisión del Gobierno de Argentina, y aunque la compensación está en los tribunales, Marsans no ha recibido aun ni un peso.

Air Plus Comet, que fue la compañía residual que le quedó al grupo, cambió su nombre en 2006, cuando uno de los socios de Gonzalo Pascual y Díaz Ferrán, Antonio Mata, vendió su participación, desapareciendo el "Plus" de su nombre.

Precisamente esa nueva aerolínea, Air Comet, es la que ha causado la degeneración del proceso de pérdidas de Viajes Marsans, ya que la gestión no ha permitido una evolución positiva, de tal forma que a finales del 2008 y durante el 2009 la compañía ha ido acumulando problemas financieros.

Primero fue el impago a los trabajadores de tierra, luego a los pilotos, posteriormente las tasas de navegación, y por último el alquiler de los aviones, lo que llevó a que el 21 de diciembre, y con una deuda acumulada de más de 160 millones de euros, dejase de operar.

Esta cifra y las cantidades que se han ido transfiriendo desde el grupo a la aerolínea, han acumulado una deuda superior a los 320 millones de euros que no ha podido soportar Viajes Marsans, que desde principios del 2010 ha entrado en barrena perdiendo, prácticamente, todo su negocio.

Lo que hoy vende este grupo fundado en 1910 por los socios Rafael Almeida y Armando Marsans, que le dio su nombre, y privatizado en 1985, tras su pertenencia al INI, y que fue adquirido por Trapsa (Pascual-Díaz Ferrán), es una "muestra" de lo poco que le quedaba a la empresa.

En el 2006 el grupo vendió a Royal Caribbean, la empresa Pullmantur, especializada en cruceros por 430 millones de euros, más una deuda de 270 millones y, en 2009 una parte de Trapsa, dedicada al transporte de viajeros por carretera del sur de Madrid, adquirida por Avanza por 70 millones de euros.

Por si esto fuera poco, los problemas se le han ido acumulando a uno de los socios, Díaz Ferrán, que como presidente de la CEOE está inmerso en la negociación de la reforma laboral, lo que le ha afectado a nivel personal.

La venta de hoy debería solucionar el problema al que se enfrentan desde hace varios meses los cerca de 4.000 trabajadores de Viajes Marsans, que han visto disminuida su actividad, con una escasez en las ventas y que se han visto obligados a cerrar los sábados.

No obstante, y aunque los dos socios se deshagan de Viajes Marsans, quedan pendientes las denuncias presentadas ante el juzgado número 12 de lo mercantil de Madrid por parte de los acreedores de esa empresa, solución que está en manos de la juez titular del mismo, Ana María Gallego.

  • 1