La otra cara de la moneda es la de aquellos internos que, voluntariamente, deciden someterse a un tratamiento de desintoxicación mientras cumplen condena. La Junta de Andalucía desarrolla estos programas, a través de un convenio con Instituciones Penitenciarias, que a fecha del 31 de diciembre de 2008 atendían a 3.261 pacientes, un 19,5% de la población reclusa en Andalucía (16.591 internos en esa fecha). Su perfil: hombres, de 30 años, consumidores de cocaína desde hace al menos ocho y que inician la desintoxicación en la cárcel, pues son pocos los que han pasado por tratamientos antes.
El director de drogodependencias de la Consejería de Igualdad, Andrés Estrada, reconoce que "en la cárcel existe el consumo pero no tanto como se dice, porque una de las cosas que les lleva al tratamiento es la dificultad para conseguir droga dentro".
Los equipos de la Junta, uno por prisión, están formados por un médico, un psicólogo y un trabajador social. Al menos uno de los tres ve a cada paciente una vez por semana. En el caso de los heroinómanos, que suelen acumular hasta 20 años de consumo, reciben metadona "como medicación", si bien existe también un programa de desintoxicación de metadona, un proceso que puede durar "entre 15 días y cuatro meses".
En general, el tratamiento de desintoxicación de drogas como la cocaína, el hachís o el cannabis requiere una media de dos años hasta recibir el alta terapéutica y la ley permite que el juez conmute parte de la pena de cárcel por el seguimiento de terapias de desintoxicación en la red exterior de centros de rehabilitación. En caso de delitos no muy graves, el juez puede sustituir la prisión por el tratamiento en los centros de desintoxicación.
Estrada reconoce que un 30% de las personas atendidas en los 122 centros de tratamiento ambulatorio que conforman la red exterior -por los que el año pasado pasaron más de 21.000 personas- tienen problemas con la justicia. Por ello, las Consejerías de Igualdad y Justicia de la Junta firmaron recientemente un convenio con el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) para facilitar el acceso inmediato de los jueces a los informes de estos pacientes cuando juzguen sus causas. Se trata de que tengan la mayor y más actualizada información posible sobre su evolución para decidir si es más conveniente para el proceso cambiar la cárcel por la terapia.