Toros

«Me encuentro capacitado para asumir nuevos retos»

El prometedor torero ecijano Ángel Jiménez afronta un compromiso trascendental:abrirá su temporada en Valdemorillo en una tarde convertida en reválida.

el 02 feb 2015 / 15:30 h.

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La exigente escuela del campo ha sido fundamental en la puesta a punto de Ángel Jiménez, que ya se encuentra recuperado. / J.R. Pigne La exigente escuela del campo ha sido fundamental en la puesta a punto de Ángel Jiménez, que ya se encuentra recuperado. / J.R. Pigne

Una inoportuna cornada campera no ha logrado quebrar el frenético ritmo de entrenamiento del novillero ecijano Ángel Jiménez. En unos días se jugará su futuro próximo y la puerta de las ferias.

–Ha salido del hospital y ya está en la cara del toro. ¿Cómo fueron las sensaciones? –Han sido muy positivas. El primer día tuve algunas molestias pero después me he encontrado muy bien. La herida es en una zona delicada, tuve fiebre y pasé algunos días extra en el hospital pero había sido una cornada limpia. Me quitaron los puntos y estoy fortaleciendo la zona.

–Es una tarde televisada. Podría ser la novillada más importante que va a torear. –Sí, yo ya he estado en Sevilla pero ésta tiene mucha importancia y mayor repercusión. La plaza es importante, está a 40 kilómetros de Madrid, tiene un público de peso… se reúnen muchas circunstancias que pueden ser determinantes para bien o para mal. Es una oportunidad importantísima que tengo que aprovechar.

–Toreó mucho sin caballos sin apearse del éxito. El parón llegó después del debut con caballos. ¿Qué pasó con Ángel Jiménez? –Mi etapa sin caballos fue una explosión, casi un boom. Nadie me conocía, había toreado muy poco y llegaron las novilladas del concurso de Canal Sur, que acabé ganando. También gané el ciclo de promoción de Sevilla en ese verano de 2009… Todo fue de sopetón, se creó un ambiente muy bueno. Cuando debuté con caballos, hubo triunfos pero en la temporada posterior llegó el parón que también estuvo provocado por problemas de apoderamiento, de mi propia adaptación… asimilar el utrero necesitaba otra madurez. Yo también tuve culpa pero no hay mal que por bien no venga. Las cosas me vienen ahora en un momento de ilusión y capacitación para asumir retos.

–¿Aquello fue prematuro? –Es que ni me di cuenta. Todo fue muy rápido, hubo una evolución muy grande… pero torear con caballos es otra cosa y además está el problema de la organización de las novilladas picadas. Todo se ha puesto muy complicado. Sin caballos logré un currículum que es difícil mantener en el siguiente escalafón si no sigues con esa racha. No la tuve y esa fue la causa de torear menos en los años siguientes y hasta de no me vestirme de luces en 2013.

–En sus orígenes era un torero pinturero. Pero la gente que le ha visto en el campo habla de su capacidad. –Entonces no tenía el concepto definido. Me gustaba el tronco clásico del toreo y en esos momentos lo que quieres es verte reflejado en los que tú admiras. Si es verdad que al pasar el tiempo he conseguido fijar mi propio concepto. Es lo que busco en el campo: encontrarme a mí mismo. Pero todo eso hay que llevarlo a la plaza sin dejarte llevar por la presión.

–No ha vuelto a la plaza de la Maestranza desde su debut. – Es que aquella novillada de Guardiola, en 2012, vino a destiempo. Fue un año complicado a nivel personal y se mezclaron los problemas profesionales. Aquello se puso cuesta arriba y pesó mucho. Pero tengo ganas de volver y demostrar realmente el torero que yo soy.

–El campo otorga una gran cultura taurina. –Te lo da todo, empezando por la soltura para estar en la cara del toro. Torear es lo importante. El auténtico fondo físico te lo da el animal. Por mucho deporte que hagas, el andar delante del toro en el campo es lo que te hace recuperar lo que puedes perder en la plaza.

–A su generación le ha tocado pechar con una época complicada en el aspecto organizativo. –Es verdad. Las novilladas están cargadas con muchos gastos y se ha recortado muchísimo. Es que ni se dan. Ahí está mi pueblo, Écija, llevan muchísimo tiempo sin dar una novillada picada. Eso te da la medida. Para funcionar hay que empezar por Madrid o algún sitio importante y que salgan las cosas. Así es muy difícil.

–Écija fue una de las plazas más activas y lleva unos años en barbecho. ¿Tiene ganas de verse allí? –Muchísimas. Ese público y esa plaza no se merece el abandono. En Écija siempre hubo ferias con figuras del toreo, con buenos novilleros y de repente se quedó sin nada. Nos echamos tierra sobre nosotros mismos; han pasado los años y la plaza ha permanecido cerrada. Me encantaría estar anunciado y hacer algo bonito. A ver cómo va la temporada y podemos estar allí.

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