El cambio climático pondrá en jaque los encinares y gran parte de los pinares de Andalucía. Un estudio de la Consejería de Medio Ambiente vaticina que en 2050 el aumento de las temperaturas y el cambio en el régimen de lluvias extinguirá las encinas y mermará varias especies autóctonas de pino.
El estudio, incluido en el borrador del Plan Andaluz de Adaptación al Cambio Climático de la Junta, llama a la acción inmediata contra el calentamiento global y es tan apocalíptico como rotundo: "Para el horizonte de 2050, bajo un aumento de temperatura de aproximadamente 2 grados y una variación de la precipitación (aumento o disminución) de un 10 o 15%, las masas de encina y alcornoque sufrirán un retroceso hacia el interior de la Península y Portugal, quedando muy comprometidas las masas andaluzas y extremeñas".
Según el documento, sólo "quedarían lugares de refugio para estas masas entre los 400 y 800 metros de altitud". Las condiciones climáticas dentro de cuatro décadas harán, asegura el estudio, que "la velocidad a la que se expanden estas especies actualmente (menos de 0,6 kilómetros al año sea) muy inferior a la que sería necesaria para contrarrestar los efectos del cambio climático: entre uno y 1,5 kilómetros en este tiempo".
En el caso de los pinares, Medio Ambiente prevé una "escasa probabilidad de supervivencia" de las poblaciones de acebuche y pinares de pino carrasco en el centro de Andalucía, una "posible desaparición o merma" de especies de Pinus sylvestris y Pinus nigra en el entorno de Cazorla y de Pinus pinaster en Despeñaperros, así como "cierta amenaza" para el pino carrasco y los pinares de pino piñonero en la cuenca atlántica.
Si esta será la situación de los bosques en 2050, para final de siglo la previsión, si no se actúa con contundencia, es aún peor: "La práctica totalidad de Andalucía se encontraría en una situación de déficit hídrico extrema [donde] el matorral tendería a sustituir nuestros bosques".
Este estudio pertenece a la investigación sobre los efectos del cambio climático por sectores que se incluye dentro del borrador del Plan de Adaptación de la Junta. Este plan concretará las políticas y las acciones que el Gobierno andaluz emprenderá en cada sector: transporte, seguros, energía, biodiversidad, etcétera.
Hasta el momento, la Junta tiene concluidos ya los informes sobre los efectos del calentamiento global en la agricultura, el turismo y la salud. Las previsiones sobre las masas forestales en la comunidad proceden del primero de esos estudios.
El documento de Medio Ambiente ve además "especialmente difícil luchar contra este efecto de deforestación. "No se pueden plantear, a priori, medidas como la sustitución de un bosque por otro más adaptado, desarrollar infraestructuras entorno a los bosques para limitar los efectos del cambio climático o usar técnicas de bioingeniería (...) y la selvicultura [cultivo de montes y bosques] por si sola no podrá amortiguar el efecto del cambio".
En la salud y el turismo. Medio Ambiente también dispone de los estudios sobre los efectos del cambio climático en el turismo y la salud. En este último sector, está previsto un aumento de dolencias transmitidas por garrapatas, una mayor mortalidad debido a la mayor frecuencia de olas de frío y de calor extremos, más alergias, un incremento de los efectos sobre la salud debido a la contaminación (especialmente en las capitales de provincia) y un aumento de enfermedades tropicales. Esto se deberá, sobre todo, a que ciertos mosquitos transmisores se adapten a sobrevivir en nuestro clima. En el sur de Europa (en Italia) ya se han dado casos de dengue o de infecciones por el virus del Nilo Occidental.
En cuanto al turismo, Medio Ambiente prevé una reducción de la temporada alta de esquí por pérdida de nieve, un "posible descenso" de la demanda del turismo de sol y playa en zonas con déficit hídrico, deterioro de infraestructuras del litoral y descenso del turismo monumental y urbano en la época estival.