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Miki Roqué también jugó en Donetsk

el 27 jun 2012 / 17:23 h.

Una camiseta por Miki, en las setas de la Encarnación.
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La selección española se enfrentó ayer a Portugal en las semifinales de la Eurocopa con la ayuda del jugador número 12. En este caso no fue la afición, a la que tradicionalmente se le ha asignado ese dorsal simbólico. En este caso fue Miki Roqué. El futbolista del Betis, desgraciadamente fallecido el pasado domingo por un tumor de pelvis, también estuvo presente en el estadio del Shakhtar Donetsk después de ser protagonista involuntario durante todo el día por el homenaje que todos, salvo la Federación Española de Fútbol (FEF), querían brindarle con motivo del choque continental. Hubo confusión, hubo versiones de todos los colores pero lo importante es que en la primera parte, en las mangas de los campeones del mundo, asomó un brazalete negro en memoria del jugador verdiblanco. También de Manolo Preciado, exentrenador del Sporting.

Si la selección española se acordó de Miki Roqué en su partido más importante de la Eurocopa fue por la iniciativa final de los propios futbolistas. No fue decisión de quien debería haberla adoptado, la FEF, que no realizó ninguna petición formal a la UEFA para que autorizase el homenaje a la memoria de Miki. En la clásica reunión matutina para preparar el encuentro, los representantes federativos se limitaron a pedir a la UEFA que propinase un riego extra al césped del estadio, además del preceptivo que se suele hacer 75 minutos antes de cada encuentro. Pero de minutos de silencio y brazaletes negros, nada de nada.

En otros tiempos, la noticia habría pasado tan inadvertida que ni siquiera habría sido noticia. Pero a estas alturas del siglo XXI, cuando se retransmite para casi todo el mundo casi todo lo que tiene cierta relevancia, la decisión trascendió rápidamente y dio origen a la polémica del día. En cuanto se supo que no habría minuto de silencio por Miki Roqué, los aficionados y en general cualquier persona con el mínimo raciocinio se lanzó a la red de redes para denunciar la insensibilidad de la UEFA. Se creía entonces que la responsabilidad recaía sobre el organismo que rige el fútbol europeo y se recordó que sí hubo un minuto de silencio en el Francia-Suecia en honor del periodista Pierre Roland, un mito de la prensa gala y también amigo personal del presidente de la UEFA, Michel Platini. Y también que Grecia llevó brazaletes negros en su enfrentamiento de la primera fase contra Alemania en memoria del exseleccionador heleno Alketas Panagoulias. Cómo no sería la  reacción internacional que horas más tarde, a través de un comunicado en su web, la UEFA aclaró que no había recibido ningún tipo de solicitud por parte de la Federación Española. Y entonces la corriente de opinión giró hacia el presidente, Ángel Villar, al que le llovieron críticas de todos los colores.

¿Por qué lució entonces España brazaletes negros? Pues básicamente por el deseo de los propios futbolistas, alguno de los cuales (Sergio Busquets para ser concretos) era muy amigo de Miki. Se hizo lo que deseaban los jugadores, los únicos en sintonía con el sentimiento generalizado de todos los seguidores.

El gesto de la selección es el último, por ahora, de los muchos que han tenido a Miki como destinatario. Por eso, el Betis divulgó ayer una nota en la que agradece "las innumerables muestras de afecto" que ha recibido tras el fallecimiento de su jugador. El club verdiblanco también se detiene en la clínica Dexeus ("la entrega de sus profesionales hacia nuestro jugador ha sido ejemplar y nunca podremos devolver suficientemente lo mucho y bueno que han hecho por él") y el FC Barcelona, "un club en el que Miki se sintió verdaderamente como en casa, y sus servicios médicos, sobre todo los doctores Ramón Canal y Enric Cáceres. El Betis, por último, da las gracias a su propia afición y a "todo el deporte español e internacional" y alaba "la constante presencia" del Sevilla FC, "una nueva prueba de que la relación entre los dos primeros clubes sevillanos discurre por un feliz momento de entendimiento y concordia al que no se le vislumbra fin. La misa de exequias por su alma se celebrará en el Villamarín el 2 de julio a las 20.30 horas.

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