Miles de turistas, entre ellos unos 200 españoles, tratan de huir de Tailandia por temor a que se recrudezca la revuelta de los opositores al Gobierno del primer ministro, Somchai Wongsawat. Ante el bloqueo de los dos aeropuertos más importantes de la capital, Bangkok, están utilizando una base militar para salir.
La diplomacia española ya está contactando con los españoles atrapados en Tailandia para prestarles asistencia y protección, según informó el viernes tras el Consejo de Ministros, la vicepresidente primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, puesto que las noticias que proceden de ese país no son nada optimistas.
Los manifestantes que ocupan los dos aeropuertos de Bangkok amenazaron el viernes con una revuelta popular si los cuerpos de seguridad cargan por orden del Gobierno de Tailandia, que se ha atrincherado en el norte del país. Uno de los líderes de la antigubernamental Alianza del Pueblo para la Democracia, Chamlong Srimuang, advirtió de que la gente se levantará contra el Ejecutivo y "nadie podrá controlar a las masas enfurecidas" en el caso de que produzca una acción de fuerza por parte de la Policía o los soldados, o se detenga a los cabecillas de las protestas.
Srimuang, ex gobernador de Bangkok y general del Ejército en la reserva, hizo esa advertencia un día después de que el primer ministro declarara el estado de excepción en los aeropuertos de Suvarnabhumi y Don Muang y diera instrucciones a la Policía de llevar a cabo el desalojo de los manifestantes con el apoyo de efectivos de la Fuerza Aérea y la Armada.
A primeras horas de la mañana del viernes, la Policía comenzó a negociar con los cabecillas de la Alianza en un intento de evitar el empleo de la fuerza para desalojar a los manifestantes de los dos aeropuertos. Las advertencias de la Policía no parece que vayan a doblegar a los congregados, que según Suriyasai Katasila, uno de los cabecillas, "lucharán hasta la muerte" antes de abandonar las dos terminales.
Los partidarios de la Alianza han establecido controles en las carreteras de acceso a los aeródromos ocupados, en los que jóvenes enmascarados y vestidos de negro, armados con porras y palos de golf, dan el alto a todos los vehículos para impedir que se infiltren efectivos de las fuerzas de seguridad. En medio de la profunda crisis, el Ejecutivo de Tailandia destituyó el viernes al director de la Policía nacional, el general Phatcharawat Wongsuwan.
