Morante en un lance en la Feria de 2013, la última temporada en la que se anunció en los carteles de la Maestranza. / Efe
«Basta con pedirnos perdón. Ésa es la manera de que yo esté en Sevilla». Era la llave que Morante había puesto a finales de noviembre en manos de los gerentes de la empresa Pagés en una entrevista concedida a Televisión Española. El diestro de La Puebla marcaba así la hoja de ruta para reconducir las relaciones rotas a raíz de las explosivas declaraciones de Canorea en el famoso almuerzo con la prensa sevillana de otoño de 2013.
Pero una nueva noticia saltaba en la noche del pasado jueves. Era la guinda de una jornada intensa en lo informativo que alumbró la creación de un nuevo monopolio internacional alimentado por la fortuna del multimillonario azteca Alberto Bailleres. El nuevo grupo tiene intereses en plazas de México, España y Francia y maneja el apoderamiento de una ancha cuadra de toreros en la que figura como estrella rutilante el propio Morante. Al hilo de la noticia, el diestro de La Puebla esbozaba en los micrófonos de Canal Plus que su acercamiento a Sevilla comenzaba a ser una certeza real. Se confirmaba así algo que ya se venía comentando en voz baja desde algún tiempo en los círculos mejor informados del taurineo sevillano.
Los abonados al canal de pago pudieron escuchar esa misma noche las declaraciones del torero en el programa El Kikirikí. Morante no firmaba nada aún pero se mostraba dispuesto a tomar la mano tendida por la empresa en forma de esa pública petición de disculpas condicionada por el propio matador. «Sevilla sí y no», argumentó el torero en tono algo dubitativo. «La verdad es que a veces no sabe uno de qué forma encajarlo», añadió el diestro cigarrero mostrándose cada vez más franco y conciliador al afirmar que «Sevilla se ha movido tanto últimamente que ese tema sí que me quita el sueño».
Morante acortó aún más la distancia que todavía le separa de la plaza de la Maestranza al reconocer que «ahora mismo no sé de qué forma acogerlo, pero sí que es verdad que ojalá estemos y que lleva buen camino la negociación». En esa línea, envió una leve ración de árnica a los Pagés al señalar que «mientras que se mantenga el respeto, se le puede dar una oportunidad a esta empresa, porque verdaderamente tenemos un poco olvidada esa oportunidad, ya que las circunstancias nos hacían creer que era imposible». Morante siguió abriendo puertas a su vuelta al coso del Baratillo después de un año de ausencia: «Ojalá todo esto pueda dar un giro y hagan las cosas como se merece Sevilla. Mi intención es estar por el bien de la Tauromaquia. A veces no es fácil decidir una situación complicada como esta, y cuando uno se pone delante del toro todos estos temas afectan. Pero a Sevilla no podemos dejarla sola», concluyó.