Cultura

Mucho corte y poca confección

Saint Laurent *. Sección oficial. Francia-Bélgica 2014150 min. Dirección:Bertrand Bonello Intérpretes:Gaspard Ulliel, Jérémie Renier, Léa Seydoux, Louis Garrel.

el 09 nov 2014 / 16:38 h.

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De vez en cuando surgen proyectos cinematográficos en paralelo y en un mismo año contándonos la misma historia. Ejemplos célebres son los de Las amistades peligrosas y Valmont, Wyatt Earp y Tombstone o Blancanieves. Los franceses han sentido la necesidad de hablarnos de diseñador Yves Saint Laurent, y si hace un par de meses veíamos la versión aseada y academicista de Jalil Lespert, ahora hemos podido ver el material de Bertrand Bonello, que se prometía más controvertido y polémico, pero que en realidad redunda en los mismos defectos que aquella y opta por el mismo corte de opinión y estilo. Se trata una vez más de desmitificar el personaje, fijándose más en los aspectos sórdidos y a la postre intrascendentes de su biografía que en los que en realidad interesan y le dan singularidad. Así pues no se trata de analizar su talento e ingenio creativo ni la génesis de su  fulgurante e incomparable carrera; parece que son las drogas y el sexo lo que prevalece, eso que todavía se considera vicio y perversión en muchos círculos, incluido el del presuntamente subversivo Bonello. En la forma el planteamiento narrativo de la cinta apenas mantiene su interés y solo algunas secuencias inconexas, especialmente la habilidad con la que se ha recreado el mundo de las boite de los setenta, logran superar el tedio, algo que no extraña teniendo en cuenta la fijación del director hacia esa época icónica y las tribus que la poblaron, como ya demostró en Le pornographe a propósito del director porno Jacques Laurent. Sólo al final, mediante la presentación multipantalla de su famosa colección del 76, se sublima al personaje, sumido en el desconcierto entre sentirse incomparable o más bien acomplejado frente a sus admirados Proust, Callas o Matisse, quizás por representar artes más reconocidas o presuntamente dignas. Hubiera sido más interesante profundizar en esta contradicción, así como en el proceso creativo de quien es un indiscutible genio de la moda, o la superficialidad de la pasarela frente a otras inquietudes de nuestra cultura y sociedad. La recuperación de auténticos iconos de aquellos años, como Helmut Berger o Dominique Sanda, es uno de los pocos alicientes de una cinta fallida e innecesaria.

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