El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, designó ocho ministros en funciones tras haber destituido a doce miembros del Gobierno que perdieron sus escaños en el Parlamento en las elecciones legislativas del pasado marzo, antes de salir un mes de vacaciones, informó el diario oficial "The Herald".
El portavoz de la Presidencia, George Charamba, tras las vacaciones, que ya ha iniciado, ha anunciado que a finales de febrero Mugabe designará un Gobierno de unidad nacional, aunque es difícil que para ello pueda contar con el líder opositor Morgan Tsvangirai, líder del Movimiento Para el Cambio Democrático (MDC).
El MDC de Tsvangirai acordó en septiembre pasado con la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, formar un Gobierno de unidad, pero los oficialistas tratan de retener todos los ministerios relevantes, incluidos Interior y Finanzas, que debían corresponder a los opositores, que no lo aceptan.
Además, la Policía ha seguido con la represión y detenciones de miembros de la oposición y defensores de los Derechos Humanos, ante lo que Tsvangirai y su partido, que ha sufrido el asesinato de al menos un centenar de miembros, han advertido que no formarán parte de un Gobierno de unidad en estas condiciones.
La comunidad internacional ha advertido que no aceptará un Gobierno de unidad nacional en el que no estén Tsvangirai y su partido, el MDC, mayoritario en el Parlamento desde las elecciones de marzo pasado.
Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto sanciones a las empresas y personas relevantes relacionadas con el régimen de Mugabe y Washington ha llegado a señalar que no es posible un Gobierno de unidad nacional en Zimbabue con el actual gobernante.
El Gobierno de unidad tendría como misión sacar al país de la crisis política y de la desastrosa situación económica en que se encuentra, con un grave desabastecimiento de suministros esenciales, entre ellos alimentos y medicamentos.
La ONU ha advertido que 5,5 de los 12 millones de zimbabuenses necesitarán ayuda alimentaria para sobrevivir a partir de este mes, en un país donde el desempleo supera el 80 por ciento y la moneda local ha dejado de tener utilidad, por lo que prácticamente las transacciones se realizan en divisas.
Además, con sus sistema sanitario desmantelado, el país sufre una epidemia de cólera en la que ya se han detectado 35.000 casos y más de 1.700 fallecidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
