El británico Andy Murray repitió triunfo sobre el suizo Roger Federer, en tres sets (6-7, 6-2 y 6-2) que se prolongaron casi dos horas, para alcanzar la final del torneo de Doha, en la que se medirá al estadounidense Andy Roddick, quien a su vez doblegó al 'verdugo' del número uno, el francés Gael Monfils.
El escocés, cuarto jugador del mundo, ofreció una muestra más de su dinámica ascendente. Los primeros síntomas los ofreció en la recta final del pasado año, en Madrid, y también en la final del Abierto de Estados Unidos, en la que cayó ante Federer, pero sin duda este año ha comenzado con fuerza.
Murray acabó con Nadal y Federer, de una tacada, en el torneo de exhibición de Abu Dhabi y en Doha también ha finiquitado al suizo. Federer le contuvo en la primera manga, apoyado en su saque, pero aún así sólo pudo ganarle en la muerte súbita.
En los dos siguientes, Murray tomó buena cuenta de los errores del suizo, especialmente en el tercer y definitivo set. El escocés fue atendido por molestias de ciática con 2-1 en la manga definitiva, pero no se inmutó. Desde entonces creció al mismo ritmo que el de Basilea perdía concentración y encadenaba fallos con su revés. Una rotura de Murray en el cuarto juego le situó con 3-1 y margen suficiente para adjudicarse el triunfo, con un nuevo break, por 6-2, con un garrafal error de Federer en un smash.
Roddick, por su parte, acabó con la resistencia de Monfils, quien luchó lo indecible ante el cañonero de Nebraska, que ganó por 7-6, 3-6 y 6-3. De hecho, el galo sirvió con 5-4 para apuntarse la primera manga, pero desaprovechó la oportunidad y permitió a Roddick regresar al partido. El estadounidense terminó ganando el primer acto en la muerte súbita.
Monfils necesitó tomarse un tiempo para ser atendido y a su vuelta consiguió romper el servicio de su oponente en el cuarto juego para encarrilar la segunda manga, con diez puntos consecutivos que le dieron el acceso al tercer set. Entonces, el galo sufrió el poderoso servicio de Roddick, que hizo el break decisivo en el octavo juego para cerrar el partido y el pase a la final.