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«No habría recursos para mantener una Sanidad sin listas de espera»

Por sus manos han pasado casi un millar de corazones desde que con 27 años practicara su primera operación. Diez años después es la cirujana cardiovascular más joven del Virgen del Rocío. «Esta especialidad ha avanzado mucho y ya se implantan corazones artificiales», asegura.

el 15 sep 2009 / 20:27 h.

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Por sus manos han pasado casi un millar de corazones desde que con 27 años practicara su primera operación. Diez años después es la cirujana cardiovascular más joven del Virgen del Rocío. «Esta especialidad ha avanzado mucho y ya se implantan corazones artificiales», asegura.

-¿Cómo decidió que de mayor quería ser cirujana de corazón?

-Desde que tengo recuerdos mi vocación de médico siempre ha estado ligada a cirugía de corazón. Ahora veo que han vuelto a sacar el juego de Operación, aquel que tenías que extraer órganos o partes del cuerpo a un paciente, y recuerdo yo lo tenía, con muy poquitos años. Mi vocación fue algo natural, siempre estuvo ahí.

-¿Fue muy distinta la realidad una vez que empezó a trabajar en el hospital?

-Todo fue como esperaba, pero no fue tan fácil llegar hasta aquí. Lo más duro de todo fue el examen MIR (Médico Interno Residente) porque de cirugía cardiovascular se convocan muy pocas plazas en España y tuve que hacer el examen una segunda vez para poder acceder a una.

-¿Qué pasó?

-Hice la prueba un año y fui la número 156 de unos 14.000 aspirantes de toda España, una posición realmente buena pero no me permitió hacer el MIR en mi vocación. Escogí Cirugía General y a los dos meses renuncié.

-La recompensa no pudo ser mejor: en el examen MIR del año siguiente fue la número uno de toda España.

-Mi objetivo era acabar entre los 20 o 30 primeros y ocurrió que me vi la primera y pude escoger la especialidad que quería y en el Virgen del Rocío. Era un servicio que ya conocía porque aquí había estado tres años de carrera como alumna interna.

- ¿Cómo está la lista de espera de cirugía de corazón?

-Está bien pero hay pacientes que no entienden que les diagnostiques un problema de corazón y no puedas operarlo porque a lo mejor la lista de espera de su caso es de dos meses. A todos nos gustaría que nos operaran de un día para otro pero el sistema no tiene recursos para eso, para un sistema así, sin listas de espera, harían falta unos recursos imposibles de conseguir.

-¿Cómo ha evolucionado la Cirugía Cardiovascular desde que empezó hasta ahora?

-Muchísimo. Mi tesis doctoral versó sobre una técnica llamada aortomioplastia, se trata de asistir al corazón con un músculo del propio enfermo. Entonces se pensaba que los tiros irían por ahí pero la industria ha desarrollado una tecnología, como la asistencia ventricular mecánica, que ha superado con mucho todo lo que preveíamos y hoy la asistencia mecánica puede sustituir el corazón de un paciente mediante una consola durante varios meses y existen ya corazones que se implantan en el vientre que duran cinco años y hasta más.

-¿Dispone la sanidad pública andaluza de esta tecnología?

-Nuestro servicio ha reclamado tener una asistencia ventricular, puesto que tenemos un programa de trasplantes, pero aún no la tenemos. En España hay algún hospital que dispone ya de esta tecnología en Madrid, Barcelona y Coruña. Una tecnología que sí hemos incorporado es la del robot Da Vinci. El doctor Borrego y yo hemos comenzado un programa pionero de Cirugía Cardiaca Robótica que permite operar a través de unas mínimas incisiones mediante un robot que dirige el cirujano. Antes del verano ya realizamos aquí los primeros casos que se han realizado en España con muy buen resultado.

-Los cirujanos de corazón tienen una especie de aura porque operan uno de los órganos más especiales y decisivos del cuerpo humano. ¿Se nota eso en el quirófano?

-Es una especialidad que a ojos de la gente resulta muy espectacular. Para operar un corazón hay que pararlo. Entonces empieza la cuenta atrás y ya no puedes parar, es una lucha contra el reloj, tienes unas cuatro o cinco horas porque más de eso no puedes tener parado un corazón. En los trasplantes las operaciones son tan complicadas que, en todo el proceso, se produce un cansancio físico al límite de tus fuerzas porque puedes estar diez o doce horas en quirófano sin parar.

-¿Cuándo operó de corazón por primera vez?

-Era una MIR de segundo o tercer año, debía de tener 27 o 28 años. Operé a una abuelita de unos 80. Tuve que ponerle una válvula y todo salió bien. Mi primer trasplante lo hice con apenas 30 años, era residente de cuarto año, aún lo recuerdo, la operación duró cuatro o cinco horas.

-¿Qué es lo que más le gusta de Cirugía Cardiovascular respecto a otras especialidades?

-Sobre todo dos cosas: una es que prácticamente no tiene cirugía oncológica. Por otro lado el corazón es un órgano muy agradecido, enseguida ves si está en movimiento y compruebas en unos días el resultado de la operación. El cirujano general tiene su momento clave: vive si será patológico o no será patológico el tumor. Nuestro momento clave es otro: cuando hay que volver a poner en marcha el corazón tras haberlo operado... y eso es muy directo. Una vez que hacemos esto los 40 o 60 minutos que hay por delante son trascendentales: no sólo tiene que volver a latir, también tiene que generar la presión sanguínea... la carga emocional es muy grande.

-¿Ha operado alguna vez a un familiar directo?

-Hace dos años intervine a la abuela de mi marido [anestesista en el Virgen del Rocío]. Le diagnosticaron una estenosis aórtica severa [obstrucción de una válvula del corazón], la operé y salió bien. Siempre he pensado que si tuviera que operar a un familiar muy directo lo haría yo porque vaya que ocurra una complicación y te quedes con la cosa de no saber qué hubiera pasado si hubieras estado. Pero ese día me di cuenta de que es una cosa que hay que pensarse porque está por encima de lo que puedes imaginar y eso no surge hasta el mismo momento de operar. Es una carga emocional muy grande. Puede ocurrir una complicación y puede obstruir tu capacidad de actuar con criterio médico.

-Ahora que forma a los médicos. ¿Cree que las nuevas generaciones de MIR llegan al hospital con peor preparación médica que antes?

-Puede que sea un tópico que las nuevas generaciones que llegan a formarse están cada vez más verdes, es algo que a mí también me dijeron cuando llegué al hospital, supongo que es un discurso que se repite pero no estoy segura de que sea así.

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