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No maten al meteorólogo

La previsión del tiempo es una de las informaciones más demandadas por la población, pero la meteorología no es una ciencia exacta. En los dos últimos temporales que han azotado la Península, políticos y meteorólogos se han cruzado acusaciones y reproches por lo que los dirigentes califican como previsiones "cortas". Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 21:58 h.

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Blanca González

La previsión del tiempo es una de las informaciones más demandadas por la población, pero la meteorología no es una ciencia exacta. En los dos últimos temporales que han azotado la Península, políticos y meteorólogos se han cruzado acusaciones y reproches por lo que los dirigentes califican como previsiones "cortas".

La predicción diaria del tiempo no se realiza sólo para avisarnos de si tenemos que coger o no el paraguas. La meteorología va más allá y se encarga de la protección de vidas y bienes e intenta ofrecer la predicción más real, y para ello hay profesionales que trabajan en la elaboración de informaciones fiables. No obstante, los datos que se transmiten no siempre se ajustan a la realidad.

Un claro ejemplo de ello fue la predicción del 9 de enero, en la que los meteorólogos se quedaron "cortos" (según los políticos) en sus predicciones y, aunque anunciaron posibilidad de nevadas, la realidad fue que la mitad norte del país, y especialmente Madrid, se colapsaron. Algo similar sucedió el pasado fin de semana, cuando un temporal de viento y lluvia dejó 12 muertos en España, cuatro de los cuales eran menores y perecieron en el derrumbe del túnel de bateo del polideportivo de Sant Boi (Barcelona).

Todo depende. El portavoz del Centro Meteorológico Territorial en Andalucía Occidental y Ceuta, Luis Fernando López Cotín, explica que es imposible "determinar exactamente las condiciones de la atmósfera porque no se cuenta con la tecnología necesaria para describirla con el detalle que sería necesario". Es por ello por lo que argumentan que las condiciones atmosféricas no son fijas sino que tienen pequeñas variaciones.

Errar es de humanos y predecir el tiempo es un trabajo complicado que se realiza a partir de sistemas de observación muy finos y de técnicas de extrapolación. Para ello son necesarias redes de estaciones automáticas que envían la información a la central de previsión, radares meteorológicos que identifican dónde se produce la precipitación y satélites que ofrecen imágenes sobre el comportamiento de las nubes y otros parámetros en la atmósfera. De estos datos se sirven los especialistas para ver cómo está la atmósfera en un momento concreto y prever cómo va a ir evolucionando el tiempo.

Las predicciones pueden tener un alcance de hasta cinco o siete días, aunque cuanto más inmediata sea, más fiable y certera será la información aportada. No obstante, se han dado casos en los que la previsión inmediata ha fallado, tal y como sucedió el pasado viernes día 9 de enero en España. Los meteorólogos de las diversas cadenas admitieron la falta de precisión en la información de aquella jornada, aunque explicaron que únicamente tienen que rendir cuentas a sus telespectadores.

No obstante, la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, explicó con respecto al trágico suceso de Barcelona que los servicios meteorológicos estatales dieron las alarmas y trabajaron coordinados con los de Protección Civil durante el temporal de viento que azotó gran parte del país. Declaraciones que contradijeron a las emitidas por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en las que reconocía que, una vez más, las previsiones meteorológicas se quedaron "cortas".

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