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Nuestros abuelos comían mejor

Pese a la escasez de antaño, los españoles se alimentaban de forma más equilibrada.

el 15 may 2010 / 19:24 h.

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Un joven come una hamburguesa con bacon, una comida con muchas calorías.

Las tallas maxi en la comida están de moda. Incluso hay cadenas de comida rápida que llegaron a hacer publicidad basándose en el tamaño XXL de sus platos. Esta obsesión por la cantidad viene de lejos.


Profesores de la Universidad de Cornell (EEUU) tras analizar 52 cuadros de la Última Cena, han detectado que los platos y las porciones en las obras de arte que fueron pintadas durante el último milenio han incrementado gradualmente su tamaño. Este hallazgo sugiere que el fenómeno de servir raciones cada vez más grandes ha sucedido en la vida real y por ello se ha plasmado en los cuadros.


Los hábitos, recuerda el presidente de la Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Andalucía (Adunda), Luis Morán Fagúndez, también han cambiado mucho: "Hace 400 o 500 años los alimentos que se ingerían eran los de temporada, porque no había sistemas de conservación, la comida escaseaba y se hacía un mayor gasto energético ya que los desplazamientos se hacían fundamentalmente a pie. En esa época sólo los ricos y los reyes ingerían más calorías que las que gastaban". Ahora, sin embargo, remarca Morán Fagúndez, todos los alimento se puede consumir en cualquier época del año, la comida no escasea y realizamos una vida muy sedentaria, algo que contribuye a que cada vez haya más obesos.


En España esta obsesión por la comida la tienen fundamentalmente los más mayores. Esto tiene una explicación lógica: "Son personas que vivieron la Guerra Civil y la época del racionamiento, pasaron muchas necesidades, y por ello ahora son los que animan a sus hijos y nietos a comer, porque no quieren que sufran lo mismo que ellos", explica el presidente de Adunda, quien critica la tendencia de las raciones cuanto más grandes mejor. "Hay que adaptar la cantidad de comida que se ingiere a las características de cada persona y al gasto energético que se tenga", remarca este especialista.


Al problema de ande o no ande, caballo grande, se une que hoy en día "nuestra alimentación es muy rica en proteínas y grasas y baja en hidratos de carbono complejos", señala Morán Fagúndez, quien inste en que es conveniente comer cinco raciones de fruta, verduras y hortalizas al día. Además, remarca que el desayuno es la comida principal, de la que no se debe prescindir, porque "hay que desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo".


El presidente de Adunda alerta de que ahora muchos niños acuden al colegio sin desayunar, "algo que no se debe hacer, porque su rendimiento escolar es entre un 20 y un 30% más bajo. Los pequeños tienen que hacer un buen desayuno y a media mañana comer fruta". Lo ideal, insiste, es realizar cinco comidas al día, siendo la más contundente el desayuno y la más frugal la cena.


Moderación. Otro error que se comete actualmente en los países ricos es que se ingieren muchas comidas precocinadas, que tienen más grasas y calorías, y dan más aporte energético que el que se necesita. "Estos alimentos, al tener más grasa, tienen también más sabor, y eso engancha", advierte este experto, quien aclara que él no está en contra de algunos alimentos congelados, listos para consumir, que sí con saludables, por ello es conveniente leer los envases y comprobar el aporte calórico que tienen.


Este experto en nutrición también recomienda que se modere el consumo de bollería industrial, por su exceso en grasa y azúcar, aunque reconoce que de vez en cuando se pueden consumir este tipo de productos. Insiste en que lo importante es no abusar de los alimentos más calóricos, "no hay que cometer excesos, porque no hay alimentos buenos ni malos, lo importante es la moderación".


Lo que sí sugiere para mantener la línea es que no se tomen raciones demasiado grandes, "y si se deja algo en el plato no pasa nada, porque no hay que olvidar que no engorda lo que no se come".

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