Ocho imputados por el supuesto maltrato en el centro de la Cruz Blanca de Montequinto

La investigación por supuestos malos tratos a los discapacitados intelectuales de Miguel de Mañana, en Dos Hermanas, se salda con ocho imputados por el momento, dos de ellos de la orden de la Cruz Blanca, titular de la residencia, acusados de sendas supuestas agresiones puntuales, y el resto cuatro trabajadores y un voluntario que presuntamente ejercían habitualmente un trato vejatorio sobre los internos.

el 25 jun 2010 / 16:39 h.

La residencia Miguel de Mañana está situada en Montequinto.
Todos debían declarar ayer en el Juzgado de Instrucción número 2 de Dos Hermanas, pero su declaración se pospondrá hasta los días 1 y 2 de julio. No obstante, la fiscal María de los Ángeles Calvo quiso aclarar la acusación en un caso denunciado por la Junta de Andalucía, que tiene concertadas todas las plazas.


Por un lado, en la denuncia por agresión están imputados dos religiosos: uno por darle una bofetada a un paciente y otro por propinar dos tortas a otro residente, al parecer bastante conflictivo, por meter la mano en un vaso de leche. El ministerio público considera, dados los testimonios que ya tiene, que es un hecho puntual en ambos casos, ya que los testigos afirman que el trato con los internos es bueno. La fiscal sí lleva este caso por el artículo 153 del Código Penal referente a la violencia familiar, ya que entiende que los pacientes sufren una dependencia y viven allí.

Por otro lado, en el caso de los otros cinco imputados sí entiende que daban un trato inadecuado, concretamente a cuatro de los 33 pacientes. Presuntamente se les dio un trato vejatorio, se les insultó y les propinaron varios empujones. Del mismo modo, supuestamente les daban duchas frías, les dejaban sin cenar o los acostaban en la siesta antes que a los demás. Los cuatro presentan lesiones. "Pero hay que ver si son conflictivos, si son violentos, si las lesiones se las han hecho ellos mismos, y tendremos que ver el ambiente de la residencia", destacó. La fiscal estudia ahora si tenían intención de maltratar a los pacientes o, en cambio, se debe a una falta de preparación. La situación sería muy distinta, ya que aunque el director de la residencia no está imputado y los testigos hablan muy bien de su labor, en el caso de que el equipo no estuviera debidamente cualificado "podría incurrir en algún tipo de responsabilidad", y puede haber "más imputados".

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