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Otra playa es posible

el 28 jul 2010 / 19:56 h.

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Unir playa y tranquilidad en pleno verano parece cada vez más una tarea imposible. Las que antaño eran siempre citadas -caso de las tópicas playas de Bolonia y Caños de Meca en Cádiz- hoy son pasto de domingueros y viajeros que han visto en los numerosos hoteles construidos al albur de estos lugares antaño paradisiacos el sitio ideal para pasar las vacaciones.


Otros lugares como la también gaditana playa de El Palmar, donde windsurfistas y bañistas venían conviviendo desde hacía años en total tranquilidad, hoy vive amenazada por la edificación de un mastodóntico complejo turístico. La situación no es muy diferente en Huelva, polarizada entre Matalascañas y Punta Umbría y con muy poca arena disponible para clavar la sombrilla sin necesidad de pedir permiso al vecino de al lado.

Irremediablemente el buscador de playas despejadas de bulla tendrá que renunciar a una serie de cosas. De primeras, fuera los servicios. Allá donde hay restauración, duchas y vigilancia hay multitud. También habrá de madrugar un poco más para recorrer un puñado de kilómetros: nadie dijo que el paraíso estuviera a la vuelta de la esquina. Y por último no tendrá temor ni a la caminata para llegar a la orilla ni al frescor del agua.Si se asume todo lo anterior en pos del relax, el sevillano tiene al alcance de un viaje ida y vuelta -con la salvedad quizá de Almería- un puñado de playas que puede que no se distingan por otra cosa más que por la poca afluencia que registran, lo que las convierte inmediatamente en tesoros a tener en cuenta.

La más cercana es la playa del Asperillo, más popularmente conocida como Cuesta Maneli o Rompeculos. Ubicada a poca distancia de Mazagón, pasa habitualmente desapercibida para el bañista que no se detiene en su poco señalizado aparcamiento. En Cádiz habrá que conquistar Zahara de los Atunes para aterrizar en uno de los rincones más bellos del litoral andaluz. Arroyo de Cañuelo es una pequeña cala de difícil acceso localizada al otro lado de la lujosa urbanización Atlanterra.

La muy poco explorada por el sevillano costa tropical es, sin embargo, una de la que más rincones tranquilos atesora, además de ser, por las características de su agua, asfaltada con piedras en lugar de arena, ideal para la práctica del buceo y el snorkel. A pocos kilómetros de Almuñécar y muy cercana también al municipio malagueño de Nerja se encuentra la playa de Cantarriján, en el escenario natural de Maro Cerro Gordo.

Y aunque una vez descubierta por el turismo, ninguna de las otrora lujosas y despejadas playas almerienses vuelvan a ser las de antes, todavía hay en ellas sitios para perderse como la inmensa Carboneras o la recuperada Los Muertos, en la zona de San José de Níjar. Una escapada allí bien vale un fin de semana.

MÁS:

Cantarriján

La playa de Cantarriján está situada en el municipio de Almuñécar (Granada), pero resulta innacessible si no se dispone de vehículo propio. Posee una longitud de alrededor de 380 metros y un ancho promedio de 43 metros. Para acceder a ella hay que dejar el coche en el aparcamiento y subir a una furgoneta cuyo servicio es prestado por la Junta de Andalucía. Ésta descenderá por un acantilado hasta llegar a una hermosa playa de piedras ideal para la práctica del snorkel. Dispone de dos chiringuitos y alquiler de tumbonas. Es nudista.  

Arroyo de Cañuelo

Dar con ella puede resultar una odisea pero el descubrimiento merece la pena. La cala Arroyo de Cañuelo o Punta Camarinal se ubica en Atlanterra (Zahara de los Atunes). Habrá que llegar al final de la urbanización y ascender hacia el faro para luego realizar una complicada bajada entre dunas. Carece de servicios y es habitual en ella el nudismo. Incluso en pleno agosto podrá sentirse (casi) en soledad. Tiene 500 metros de anchura y arena dorada para disfrutar a lo grande.

Los Muertos

La playa deLos Muertos es un hermoso y tranquilo paraje que se encuentra en Carboneras (Almería). Está en la carretera AL-5106, dejando atrás Carboneras en dirección Almería. En ella conviven en paz nudistas y textiles sin padecer aglomeraciones de ningún tipo. Es una playa de arena muy fina y oleaje moderado. No tiene servicios y el puesto de restauración más próximo está lejos, por lo que tendrá que llevar provisiones. El agua, eso sí, es fría.

El Asperillo o Cuesta Maneli

A 12 kilómetros de Matalascañas en dirección Mazagón. Ahí localizará El Asperillo. Tras dejar el coche (en aparcamiento vigilado) tendrá que recorrer a pie un sendero de un kilómetro. Llegará cansado pero cuando vea lo que le espera habrá merecido la pena. Una playa sin rastro de urbanización, nudista a la izquierda, textil a la derecha, con un chiringuito, arena fina, agua cálida y a poco más de una hora de La Campana. Casi nada. 

 

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