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Otro gafe más en el camino

Si el Betis juega un derbi, hay pocas posibilidades de que lo gane, como bien puede advertirse si se ve su historial en la última década. La rivalidad es gafe para los verdiblancos, que además no se libran de sus fantasmas así como así.

el 15 sep 2009 / 22:10 h.

Si el Betis juega un derbi, hay pocas posibilidades de que lo gane, como bien puede advertirse si se ve su historial en la última década. La rivalidad es gafe para los verdiblancos, que además no se libran de sus fantasmas así como así. Ejemplos: Joaquín Caparrós, el Espanyol, el Deportivo... Todas estas maldiciones siguen vigentes esta temporada.

Hay sobre el Betis una especie de maleficio que convierte a ciertos equipos, entrenadores o jugadores en auténticos gafes del conjunto verdiblanco, que año tras año, temporada tras temporada, ve cómo la maldición vuelve a cumplirse. El derbi ante el Sevilla en Nervión es uno de esos gafes que el equipo de Heliópolis no se quita de encima ni queriendo desde que ganó allí por última vez, el 22 de diciembre de 1996, pero no es el único. Elementos tan inconexos entre sí como Joaquín Caparrós, el Espanyol, el Deportivo o los duelos de rivalidad regional sí tienen algo en común: cuando el Betis se los encuentra en su camino, ya puede echarse a temblar.

Por su relación con el eterno rival, el primer gafe en este extraño análisis debe ser Joaquín Caparrós. El entrenador utrerano tiene la rara virtud de que no pierde casi nunca cuando se enfrenta al Betis. Durante los nueve años que acumula en los banquillos de élite se ha medido diecisiete veces al equipo verdiblanco y sólo perdió en dos: con el Sevilla, 1-0 en la 2004-05, y con el Deportivo, 0-1 en la 2005-06. La racha es especialmente dolorosa (para el Betis) en el campo de La Palmera: hasta esta campaña, Caparrós lo había visitado en siete ocasiones y sólo había caído una vez; el 21 de diciembre, en la decimosexta jornada, regresó al frente del Athletic y la maldición se cumplió de nuevo: 0-1. La escuadra vasca, para más inri, aún no había ganado ni un partido fuera de San Mamés.

El siguiente en la lista es el Espanyol, enemigo gafe donde los haya para el Betis cuando el enfrentamiento es en Sevilla. El palmarés reciente de los periquitos en Heliópolis antes de este curso era tremendo: seis choques consecutivos sin perder, seis victorias en las doce últimas visitas (cinco de ellas seguidas entre 1996 y 1999)... Esta vez parecía que todo sería distinto. Era la decimocuarta jornada, el Espanyol venía de una racha de cuatro derrotas consecutivas y de hecho Mané debutaba en su banquillo, pero no hubo manera. El Betis marcó primero y fue mucho mejor, pero al final... 1-1. Otro año igual.

El Deportivo es otro rival empeñado en amargar la vida sistemáticamente al Betis cuando viene desde La Coruña. Sólo en la última década había ganado en cinco de sus nueve visitas y apenas había sido derrotado en una ocasión (2-0 en la 2004-05). El 2 de noviembre, cuando volvieron a medirse en la novena jornada, el Betis estaba en plena resurrección después de ganar a Mallorca y Osasuna, pero el maleficio pudo más que el deseo: 0-3. Ni siquiera hubo color.

Y aún falta la rivalidad regional. Contando los partidos en Primera, el Betis había ganado dos de sus 16 últimos derbis andaluces antes de esta Liga. Cinco partidos después, la marca es de dos de 21. Los de Paco Chaparro han perdido sus dos choques con el Recreativo (0-1 y 1-0), uno ante el Málaga (1-2) y otro frente al Almería (1-0); lo mejor que hicieron fue empatar con el Sevilla (0-0).

Para los béticos, sin embargo, la mayor de las maldiciones es la que les persigue en el Sánchez Pizjuán, donde no ganan desde aquel histórico 0-3 de finales del 96. El sábado se cumplen 4.430 días del gol de Olías. Desde entonces, los verdiblancos han regresado allí diez veces (una en la Copa) y su balance es de cero victorias, cinco empates y cinco derrotas (cuatro consecutivas en las cuatro últimas campañas). Pasado mañana, nuevo capítulo de la rivalidad... ¿y del gafe?

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