Hacía unas semanas que el director general y deportivo del club no salía a la escena pública pero ayer lo hizo para ofrecer su versión del incidente que protagonizó con algunos aficionados cajistas a la conclusión del partido en Fuenlabrada. En primer lugar, le restó importancia, y expuso por qué decidió tener un cara a cara con los aficionados, en un momento complicado porque el equipo acababa de perder un partido muy importante. Me sorprende que se le llame incidente porque no hubo nada, cuando salí del partido hubo unos aficionados que empezaron a llamarme sinvergüenza, que tengo mucha cara, que estoy cargándome el equipo. No les dije nada, me subí al autobús y cuando se callaron, bajé y en tono normal, y hay testigos, les pregunté que por qué me llaman sinvergüenza. Entiendo que alguien se pueda quejar, que pidan mi dimisión, no estar de acuerdo con las cosas que he hecho, pero pagar una entrada no da derecho a llamarme sinvergüenza, espetó en Radio Marca Sevilla. A mí en mi casa me enseñaron a respetar a todo el mundo. No entro a valorar que pidan mi dimisión, lo respeto. Cuando me equivoco no tengo problemas en pedir disculpas, pero es que en absoluto he faltado a nadie, es más, me han faltado a mí. No voy a tomar decisiones porque nadie me presione, explicaba Galilea, quien considera que es un sector en concreto de la afición cajista quien pide que se marche, pero que otros muchos no están de acuerdo. Abordó cuestiones relativas a la situación económica e institucional del club y admitió que no tiene noticias sobre si Jeffrey Meythaler va a volver a Sevilla. Si la propiedad ha aportado o no el capital acordado en el contrato de venta del club con Caixabank dijo que es un asunto privado sujeto a una confidencialidad, y que, en cualquier caso es una pregunta para el dueño. Desde mi posición sí puedo decir que los jugadores y todos los empleados cobran puntualmente y lo seguirán haciendo, y no todos los clubes pueden cumplir con sus obligaciones. Admitió que pese a los esfuerzos incesantes, no han conseguido un patrocinador como era intención con su llegada al club, y argumentó que la dificultad es manifiesta para todos los equipos por la crisis económica. Otro tema sensible que atañe a su figura es la de la planificación de una temporada que, a falta de once partidos, encuentra al equipo en última posición, empatado a victorias con los tres equipos que le anteceden. Expuso que el año pasado Satoransky, Mata y Landry hacían el contrapunto a los jóvenes y conminó a comparar estadísticas para decir que los jóvenes no es que hayan dado un paso atrás en su evolución, sino que han dado un paso adelante, a excepción de Balvin por un problema de feeling con Scott Roth. A Satoransky era imposible retenerlo, el precio de mercado de Landry no era para nosotros y Mata tuvo una oferta de Brasil muy superior. Los americanos que fichamos no dieron ni mucho menos la medida que esperábamos pero otros muchos jugadores han funcionado muy bien, y citó a Berni Rodríguez, Alex Urtasun o la evolución de Willy, Radicevic y Porzingis. Por último, sobre la elección de Luis Casimiro dijo que fue una decisión del consejo y que siempre que se cambia de técnico hay una reacción, y si se cambian jugadores todo el mundo se pone las pilas. Lo que ha aportado es que los jugadores han subido la intensidad, defensivamente hemos mejorado mucho, y admitió que la salida de Roth ha contribuido a tranquilizar el entorno.