Cofradías

Petalada a la Virgen en San Vicente

el 04 abr 2012 / 20:16 h.

El barrio de San Vicente también estaba ayer expectante ante la salida de la hermandad del Buen Fin. Aunque las nubes seguían amenazando desde el cielo, ya había varias cofradías en la calle y nadie tenía dudas de que la junta de gobierno decidiría que este año sí se realizaba la estación de penitencia a la Catedral.

En los bares del entorno de la plaza de San Antonio de Padua se vivían con intensidad las horas previas a la salida. A las cinco en punto de la tarde se abrieron las puertas del templo y comenzaron a desfilar los nazarenos de esta cofradía franciscana y que tan buena labor hace por los pequeños que padecen síndrome de Down. En esta hermandad, estos menores están siempre muy presentes e incluso la marcha de la Coronación -Palma, los niños te coronan- los tuvo muy presente.

Con todo el cuerpo de nazareos del paso del Cristo del Buen Fin en la calle, ya era el turno del capataz, Manuel Vallejo. Éste, llamó a su cuadrilla poco antes de la última levantá dentro de las naves del templo y lo dijo de forma muy clara: "Vamos a la calle del tirón", aunque para ellos los hombres de abajo tuvieran que echar cuerpo a tierra para salvar la puerta y plantar los cuatro zancos del paso en la calle San Vicente camino de la Campana. No por conocida, la siempre difícil salida de esta hermandad debido a las dimensiones de la puerta no deja de ser emocionante, lo cual agradeció todo el público presente con una fuerte ovación.

Aunque el tiempo seguía amenazando lluvia y el aire era frío, los corazones ya estaban tranquilos y a esas alturas de la tarde todo el mundo pensaba únicamente en disfrutar y no en que el día cofrade pudiera romperse de nuevo como los días anteriores de la Semana Santa. Y para rematar la salida de la cofradía, qué mejor que la salida de la Virgen de la Palma, con ese palio tan característico plagado de ángeles y, por vigésimo año consecutivo, con el acompañamiento musical de la banda de Nuestra Señora de las Nieves de Olivares.

Y con Ella llegó el esplendor a la calle San Vicente. La salida del paso de palio, también muy complicada como la del Cristo del Buen Fin, fue el momento previo a la gran petalada que cayó sobre el palio de la Virgen de la Palma. Un año más, se había obrado el milagro y la titular de la cofradía ya estaba en las calles de Sevilla camino de la Catedral. Lo único que le quedaba a los cofrades era disfrutar de la cofradía, de su riqueza patrimonial y de su buena disposición en la calle. A los pocos minutos de la salida, antes de llegar a la Campana, otro de los momentos emotivos se vivió en la plaza de San Lorenzo, donde siempre hay un gran número de cofrades expectantes ante el paso de la cofradía.

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