Veraneando

Playa del Parador, Bandera Azul desde 1995

Situada junto al Parador de Mazagón, del que recibe el nombre, la playa se enmarca en el Espacio Natural de Doñana y cuenta con varios reconocimientos.

el 10 ago 2014 / 09:30 h.

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Playa del Parador1 / M. Bautista Bajada a la playa. / Reportaje gráfico: Mónica Bautista Corría 1995 cuando el periódico La Voz de Huelva, desaparecido hace catorce años, publicó que la playa del Parador había izado por primera vez la Bandera Azul que reconocía la calidad de sus aguas y su entorno. Una información firmada por José Fiscal y en la que la foto que acompaña al artículo es de la onubense María Clauss, que tantas imágenes ha regalado a la provincia. En ella aparecen el por aquél entonces alcalde de Moguer, Manuel Burgos, quien manifestaba su satisfacción por esa bandera azul que se había otorgado a «ese trozo de playa salvaje», una característica que esperaba que no se perdiera de cara a los visitantes «del futuro». Diecinueve años después la bandera sigue ondeando en el punto de acceso a la playa y ese carácter «salvaje» sigue bien presente. Envuelta en un espacio paradisíaco como es el Espacio Natural de Doñana, está precedida de un frondoso bosque de pinos y eucaliptos alrededor de un sendero que da acceso a la larga línea de playa. Llegar no es muy difícil, a pocos kilómetros de Mazagón, por la carretera A-494, la señalización indica la salida hacia uno de los dos Paradores Nacionales con los que cuenta la provincia de Huelva, y que da nombre a esta parte de la costa. Rodeada de pinares y con sus característicos acantilados de color ocre, esta playa rústica es digna de saborear tanto en sus arenas como a la hora de acceder a ella, ya que el coche se puede dejar junto al parador, en la parte de arriba. Desde allí se va bajando de forma cómoda, a la vez que se puede disfrutar de unas impresionantes vistas del entorno natural que la rodea. Espacialmente en este año, tras el desarrollo de un itinerario accesible para personas con movilidad reducida, con una pasarela más cómoda y completa, un proyecto que ha sido posible gracias a la colaboración del Servicio de Costas. La playa del Parador no es solo ofrece un lugar en el que sus visitantes se pueden dar un baño, tomar el sol, o pasear a orillas del mar, sino todo un Paraje Natural. Es un punto intermedio entre el Puerto de Mazagón, que se puede intuir mirando hacia la parte derecha, y Matalascañas, que también se atisba a lo lejos hacia la izquierda. Incluso se pueden apreciar los restos de la torre vigía del Pico del Loro a unos cuatro kilómetros. Su arena es fina y dorada, y aunque a veces podemos encontrar algunas zonas más oscuras, los carteles informativos muestran el motivo. Playa del Parador5 / M. Bautista Esta parte de la costa onubense suele tener una ocupación media. En ocasiones podemos encontrar arena negra formando bandas y depósitos en la orilla de la playa. Estas arenas tienen un origen natural y no suponen ningún riesgo, ni son productos contaminantes. En el acantilado y el fondo de la playa se producen estas arenas negras por la erosión de una capa de turba natural cuyo origen son los depósitos de arena orgánica que se originaron en las lagunas peridunales. Además, en las playas podemos encontrararenas negras formadas por minerales oscuros, como la ilenita y la magnetita, cuto origen está en las arenas transportadas por las corrientes marinas y depositadas por acción del viento. Tras la erosión del acantilado costero, y al tener una densidad y color diferente a la arena original de la playa (están formadas en un 95% por cuarzo), forman bandas y dibujos de depósitos que destacan mucho, pero son totalmente inofensivas. Destacan las aguas limpias y claras, en las que a veces aparecen restos de algas marinas. Pueden ser algo molestas para el baño, pero no son tóxicas. Todo lo contrario, son una importante fuente de producción de oxígeno y aparecen en la playa (ésta y otras tantas de la costa española) a causa de la salinidad, la temperatura del agua, las corrientes marinas y las mareas, principalmente en verano al haber más horas de luz. Actualmente se está investigando con ellas desde diversos ámbitos, como la alimentación, la cosmética, los fertilizantes, fármacos y biocombustible. Playa del Parador3 / M. Bautista La playa está rodeada de un acantilado muy característico de color ocre. Ocupación media. El nivel de ocupación es medio, con alguna que otra sombrilla más en fin de semana, pero sin muchas aglomeraciones de bañistas y el agua de este rincón del Océano Atlántico es tranquila, con un oleaje no muy fuerte. Aún así, este tramo litoral gestionado por el Ayuntamiento de Moguer, activó a mediados de junio el operativo de refuerzo de los servicios de vigilancia y salvamento. Siete socorristas y un jefe de equipo componen la dotación que vela por la seguridad de los bañistas. El equipo se ha venido reforzando con un auxiliar de enfermería en los fines de semana de julio y lo mismo sucederá a lo largo de todo agosto, ya que se prevé una mayor afluencia de personas a la playa. El equipo se reparte entre cuatro torres de vigilancia conectadas por walkie. Dos de ellas se ubican en la misma bajada del Parador y otras dos a unos 300 metros a ambos lados de la misma. Puestos en tierra a los que se suma la lancha zodiac semirrígida para el rescate en el mar. Además se desarrolla un exhaustivo programa diario de limpieza de la arena de playa y recogida de los contenedores de basura, que se ejecutan tanto con cuadrillas de operarios como con maquinaria especializada, y que completa el dispositivo de atención y seguridad. Playa del Parador2 / M. BautistaBandera Azul. El alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar, junto a la edil María José Rodríguez, se encargó del acto simbólico el pasado mes de julio y procedió, del mismo modo que su antecesor en 1995, a izar la Bandera Azul. El distintivo entregado es un galardón anual y un sistema de certificación de la calidad ambiental desarrollado por la FEE (Foundation for Environmental Education) desde 1987. Promueve y premia la participación en iniciativas ambientales voluntarias de las autoridades municipales, la población local y visitante y los agentes del sector del turismo. Los criterios para obtener la Bandera Azul se agrupan en cuatro áreas: calidad de las aguas de baño, información y educación ambiental, gestión ambiental y seguridad, servicios e instalaciones. Andalucía ha conseguido para este verano un total de 98, en concreto 81 a playas y 17 a puertos deportivos, lo que supone dos distinciones más de las logradas en verano de 2013. De ellas, 12 se han repartido por la provincia de Huelva. Y la de la playa del Parador se convierte en la decimoséptima consecutiva, no solo por su entorno y su cuidado, sino también por aportaciones extras de servicios e instalaciones, como son los módulos de servicios y duchas habilitados junto a la entrada, o las renovadas pasarelas de acceso a la playa. También la ubicación de una biblioteca a la que se han incorporado este año títulos destacados de literatura inglesa y francesa, y ha ampliado su horario de apertura al público de 12.30 a 19.30 horas de lunes a domingo. Además cuenta con kioscos de madera, espacios de sombrillas de brezo y hamacas en alquiler para los turistas. Playa del Parador4 / M. Bautista Siete socorristas y un jefe de equipo forman la dotación que vela por la seguridad de los bañistas. Q de Calidad. El teniente alcalde de Mazagón, Paco Martínez, fue el encargado de izar el otro galardón también el pasado mes de julio. La bandera Q de Calidad, entregada por el Instituto para la Calidad Turística Española, hace hincapié en la prestación de un servicio que es garantía de calidad, seguridad y profesionalidad. El alcalde de Moguer destaca que ambos reconocimientos son un «símbolos identificativos de diferenciación y fiabilidad de las infraestructuras y servicios a disposición del bañista en este entorno natural privilegiado». Un entorno en el que a la vuelta, la cuesta de acceso tan sencilla y cómoda se vuelve algo menos llevadera. Ya no es cuesta abajo, al regresar al coche, toca subir desde el nivel del mar hasta la zona de los aparcamientos. Pero después de haber pasado el día en la playa que lleva diecisiete años recibiendo la bandera azul, merece la pena.

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