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Prevén limitar la velocidad para contaminar menos

La Dirección General de Tráfico está estudiando limitar la velocidad de circulación de los vehículos en algunos accesos a las grandes ciudades como Madrid y Sevilla, con idea de reducir las emisiones de anhídrido carbónico (CO2), como ya se hace en Barcelona desde hace un año, según informaron el viernes fuentes de este organismo.

el 15 sep 2009 / 21:39 h.

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La Dirección General de Tráfico está estudiando limitar la velocidad de circulación de los vehículos en algunos accesos a las grandes ciudades como Madrid y Sevilla, con idea de reducir las emisiones de anhídrido carbónico (CO2), como ya se hace en Barcelona desde hace un año, según informaron el viernes fuentes de este organismo.

Tráfico tiene ya en marcha dos estudios técnicos en Madrid y Sevilla, aunque eso "no quiere decir" que la limitación de velocidad vaya aplicarse sólo en esas ciudades, según añadieron fuentes de la DGT. El proyecto está todavía en fase de estudio y queda por ver en qué ciudades sería aconsejable implantar la reducción de la velocidad máxima, y a qué accesos puede afectar.

El estudio, del que se presentarán las conclusiones en los próximos meses, fue encargado por el Gobierno a la DGT con el propósito de reducir las emisiones de CO2 en "las zonas en donde mayor número de movimiento de vehículos se registra", como suele ocurrir en los principales accesos de las grandes ciudades.

Para ello, Tráfico está estudiando si en municipios como Madrid o Sevilla es aconsejable seguir el mismo procedimiento que en Barcelona, donde primero se limitó la velocidad en algunos accesos a 80 kilómetros por hora y posteriormente se ha instaurado un sistema de velocidad variable. También sería posible implantar "directamente una velocidad variable", que obligue a ir más despacio cuando se superen los niveles de CO2 aconsejables dependiendo de la congestión, la contaminación o las incidencias viarias o meteorológicas, como ha comenzado a hacerse en Barcelona desde el pasado día 15.

El director general de Tráfico, Pere Navarro, ya afirmó la semana pasada que "lo más lógico" es que en los accesos de las ciudades "se creen unos anillos a 10 o 15 kilómetros que sirvan de transición para ir reduciendo progresivamente la velocidad", en referencia al sistema de velocidad variable instalado en los accesos a Barcelona por la autovía C-31 y la autopista C-32.

Navarro se mostró favorable a ampliar este sistema a otras ciudades ya que, además de la contaminación, se espera que contribuya a reducir también la congestión del tráfico y la siniestralidad. La idea es que al obligar a los vehículos a ir más despacio cuando más tráfico haya, es decir, cuando más posibilidades de accidentes existen, esto redunde en una cifra más baja de accidentes de tráfico.

Al implantar la medida, la Generalitat de Cataluña recordó que esta medida puede ser pionera en España, pero cuenta con una larga tradición en Europa. Por su parte, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ya había anunciado también la voluntad del Gobierno de extenderla a otras ciudades.

Paneles luminosos. El sistema se basa en que los límites de velocidad no estén fijados en la señalización vertical fija, como hasta ahora, sino que se empleen los paneles luminosos para indicar al conductor hasta qué velocidad puede alcanzar según el momento, en función de diversas circunstancias.

Su estreno en Barcelona estuvo precedido de una cierta polémica: algunas entidades como el Real Automóvil Club (RACC) reclaman que, igual que se puede rebajar hasta los 40 kilómetros por hora la velocidad máxima si las condiciones del tráfico lo requieren, también se revisen los límites al alza, fijados en 80 kilómetros por hora en estas rondas, por ejemplo de noche.

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