Carlos Gutiérrez (Sevilla, 1985) es, junto a su hermano, el promotor de Cervezas Albero, un producto artesanal que lleva en el mercado desde el pasado abril y que ya se ha establecido en 120 puntos de venta de Sevilla. Su objetivo, estar en los mejores restaurantes andaluces acompañando los platos de los chefs más reconocidos de la comunidad. ¿Cómo se les ocurre montar una empresa dedicada a la cerveza elaborada artesanalmente? Era una cosa que hacíamos de antes, ya que tenía una planta piloto en el sótano de casa cuando estaba estudiando. A ello se suma la formación académica, ya que yo soy ingeniero químico, que es donde se soporta toda la tecnología de nuestra cerveza. Eso, unido a la afición y a que mi hermano tiene mentalidad empresarial dio lugar a que nos lanzáramos en esta aventura. Era una tendencia y una alternativa que no había en el mercado. Igual que había vinos y zumos de distintas gamas y calidades, en la cerveza eso no había sucedido. ¿Cuándo arranca la actividad? Decidimos montar la empresa en otoño del año pasado, aunque no ve la luz hasta el pasado abril, debido a los trámites burocráticos y a que hicimos una cata a ciegas para decidirnos por cuál de nuestras recetas sacábamos al mercado. ¿Con qué variedades cuenta? Solo tenemos una, aunque la vendemos en dos formatos, de 33 centilitros y de 75, que es como una botella de cava. ¿Dónde se encuentran sus principales clientes? Somos productores y comercializamos en 120 puntos de venta en Sevilla. Aparte vendemos en otras ciudades tales como Córdoba, Marbella, Málaga, Ciudad Real o Barcelona. Fundamentalmente, los clientes pueden encontrarnos en tiendas delicattessen o gourmet, restaurantes, gastrobares o abacerías. En sitios especiales. Dice que su cerveza está enfocada a la gastronomía. ¿Qué significa eso exactamente? Es artesana, pero sobre todo gastronómica. Con esto quiero decir que está, por un lado, el mercado cervecero y, por otro, el de los mejores restaurantes. Allí es donde queremos tenerla, en las mejores mesas de Sevilla, en los sitios con más caché. Marida con muchas comidas porque no es amarga, y es ideal para tomarla con comida. Esa es la diferencia con otro tipo de cervezas. El hecho de contar con una fábrica propia le abrirá un mundo de posibilidades... Lo bueno es que tienes mucha versatilidad. Puedes hacer una cerveza bajo la denominación Albero u otra completamente distinta. El tener una nave nos permite crecer paso a paso. De hecho, hemos ampliado la producción hasta duplicarla en solo seis meses y el objetivo es volver a doblar en tres meses. Ahora mismo elaboramos 3.000 litros de cerveza mensuales, pero la demanda es creciente porque se están cogiendo clientes importantes. Si se cumplen los objetivos, ampliaremos la fábrica en torno al mes de marzo. Este crecimiento también le permitirá la creación de empleo. Ahora mismo somos cuatro personas y una quinta que nos ayuda al etiquetado pero si seguimos creciendo así, necesitaremos ampliar la plantilla. Han comenzado a expandirse por otros puntos de España pero, ¿dónde se centran sus objetivos más inmediatos? El principal es la comunidad andaluza, aunque queremos seguir llegando a otras ciudades de España. La idea es que esté en los mejores restaurantes de Andalucía, en aquellos que han obtenido estrellas Michelín y que son todo un referente gastronómico. Nuestra finalidad es que se posicione en sitios exclusivos y de calidad. No queremos que se distribuya en cualquier lugar porque para nosotros es muy importante vincular la imagen de nuestra cerveza con la de un producto de calidad. ¿La finalidad de la empresa era de autoempleo? No exactamente. Yo estuve fuera unos años, concretamente en Grecia, donde me dedicaba a la investigación gracias a un programa europeo. La idea de montar un negocio cervecero era la oportunidad para estar aquí, además de una apuesta personal. Era una idea que siempre me había rondado y que finalmente se ha convertido en realidad. ¿Se encontró con problemas de financiación para montarla? Fuimos con el plan de empresa a una entidad financiera y nos dieron un crédito ICO. Es verdad que nos presentamos con clientes importantes ya cerrados y con garantías de viabilidad. El resto lo pusimos nosotros. Y es que el principal aval de la empresa es el capital humano, que es el activo más importante. Si no hubiéramos tenido la formación, habríamos tenido que contratar a un maestro cervecero, por ejemplo. Hemos ganado mucho pudiendo hacer las cosas nosotros. Los equipos de producción están hechos con nuestras mejoras. ¿Qué se va a encontrar el consumidor de Albero? Un producto completamente artesanal, con una carbonatación natural, que se produce por una fermentación dentro de la propia botella. Está cocinada a fuego y no está ni pasteurizada ni filtrada, lo que le hace conservar mucho más el sabor. ¿Hay dinero en esta época de crisis para este tipo de productos más caros, o los sibaritas responden bien? El que valora la cerveza bien hecha no le importa gastarse un poco más a cambio de un producto de calidad.