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Rafael Serrano Bello: "No quiero sentirme un exiliado estético en mi propia ciudad"

La Santa Sede se traslada a la capital hispalense. Todos esperan la fumata blanca. ¿Quién será el elegido? Si quieren descubrirlo, acudan a Amazon y descárguense la novela 'Un papa sevillano'

el 25 mar 2012 / 18:37 h.

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Rafael Serrano Bello.
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Rafael Serrano Bello es ingeniero industrial, concretamente empleado en el Instituto Tecnológico Andaluz. Pero el veneno de la literatura se le ha filtrado, y no parece haber antídoto. Linense de 1974, pero afincado en la capital hispalense desde la más tierna infancia, ha decidido además ambientar su primera ficción narrativa en esta ciudad. Así ha surgido Un papa sevillano, ópera prima que ya está disponible en papel en Amazon y en formato digital en Kindle.

En esta historia, la Santa Sede se ha trasladado a Sevilla y se dispone a elegir nuevo pontífice. "Lo que más me movió fue el impulso estético de usar Sevilla como escenario", recuerda el autor, que previamente se había fogueado como escritor de relatos. "No quería ser un exiliado estético de mi ciudad. No pertenezco a la Sevilla inmovilista ni a la Sevilla rancia, pero reconozco que me gusta mi ciudad, la disfruto y la sufro. Entonces pensé que era mi escenario ideal. No trataba de provocar por provocar, pero siento que estoy en mi derecho: también es mía".

Serrano Bello recuerda que empezó a articular la trama a partir "del triángulo perdón-arrepentimiento-culpa", y esa indagación le condujo hasta esta cita de Belén Gopegui: "La inventiva es ponerle alas a una motocicleta, mientras que la imaginación responde a la pregunta:_¿qué sucedería si le pusieras alas a una motocicleta?".

"Empecé a preguntarme qué sucedería si se dieran varias circunstancias, y lo que he acabado haciendo ha sido acercarme a la realidad que tengo más a mano", evoca. "Cuando te metes a fondo en un proyecto como este acabas amando más, comprendiendo ciertas posturas y costumbres de otros, y también, por qué no, rechazando otras que tenías".

Lo que sí quiere Serrano Bello dejar muy claro es que, por más que siempre haya quien se rasgue las vestiduras y corra a ofenderse antes de leer una sola línea, no hay en las páginas de Un papa sevillano el menor motivo de escándalo. "Más que criticar a la Semana Santa, me interesaban algunas reflexiones críticas a la Iglesia Católica. Pero soy consciente de que no se puede demonizar nada, de modo que me limité a poner un espejo delante de ciertas actitudes, y sentarme a comprobar el efecto", señala.

felicitaciones. El autor admite que la obra atraerá más al público sevillano y andaluz, "porque es posible que a un lector de Teruel se le escapen algunas claves", pero está convencido de que su mensaje podría ser universal: "Faulkner hablaba de una granja en Yoknapatawpha, Proust contaba cosas de París. Yo también hablo del ser humano, pero desde aquí".

Apenas ha pasado una semana desde el lanzamiento de Un papa sevillano en la red, y ya ha empezado su autor a recibir felicitaciones. Y, como no podía ser de otro modo, ya se ha metido en faena con la que será su segunda novela. Sí, volverá a Sevilla, pero cambiará de ubicación en el calendario. Sólo puede adelantar eso: "Estará ambientada en una Feria un poco especial", apostilla.

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