Rebozados con tradición

Producido por Hijos de Juan Ortega, la fábrica de harina cumple 75 años de actividad con innovadores proyectos a pesar de la acechante crisis en el sector

Juan Ortega, nieto del fundador y actual gerente de la empresa, posa junto a la maquinaria con la que se inició . / Foto: E. G. Juan Ortega, nieto del fundador y actual gerente de la empresa, posa junto a la maquinaria con la que se inició . / Foto: E. G. Pasear por la Vega de Carmona en enero, si las lluvias han sido generosas, deja un panorama más británico que andaluz con un verde intenso de trigo floreciente. De este milenario granero, explotado desde tiempos de los romanos con su famosa triada, parten hacia Mairena del Alcor toneladas de espigas doradas para fabricar una de las pocas harinas artesanales que quedan en la provincia: Las Panaeras Sevillanas, propiedad de los herederos de Juan Ortega. Este 2014 que va agonizando está escrito en letras de oro en esta empresa que cumple sus bodas de brillantes. En tiempos de crisis en el sector, alejado de aquellos años de intensa actividad en la comarca con molinos a orillas del Guadaíra, su actividad emplea a una quincena de familias llevando sus productos a toda España, mientras que se abre a nuevas líneas de producción. La historia se remonta a 1938 cuando Juan Ortega Mateos la fundó. Antes de emprender la aventura, «había acopiado conocimiento y oficio en contacto con el sector, yendo a Gandul a por trigo que, como se hacía en la época, cambiaba por harina preparada para hacer pan a razón de kilo. Mi abuelo con anterioridad ya había puesto en marcha otros dos que no prosperaron, pero con éste le llegó el éxito», comenta Juan Ortega, nieto del fundador y actual gerente. Sobrevivir al chaparrón de cierres no ha sido fácil. Ortega indica que el secreto para mantenerse ante la hostilidad del mercado «radica en la educación y en trabajar mucho e innovar. El trabajo no lo inventaron los chinos por mucho que hoy lo parezca. En Andalucía tenemos muchos y buenos hombres con alta capacidad. Luego, también cuenta ser capaces de abrir nuevas vías». Con el paso del tiempo la empresa ha ido buscando la especialización como tabla salvavidas ante la situación del mercado y los hábitos alimenticios, que acabaron sepultando al de partida, que era la harina panadera. El reto era ofrecer un buen producto en otro ramo de la actividad, con la calidad artesanal que los ha caracterizado y que siguen identificando al fabricante. De este modo «surgió la línea de investigación que nos llevó a Las Panaeras Sevillanas, que efectivamente hoy llega a toda España como harina de freír desde los más importantes lineales y cadenas de distribución», incide el gerente. Lo artesanal, el regusto en lo añejo, además de la materia prima, es uno de sus fuertes. De hecho, afirman que la maquinaria sigue siendo, «la misma de 1938, algunas de ellas ya entonces de segunda mano», concretando incluso que, aún en los nuevos aparatos modernos, «el proceso es idéntico». No obstante apuntilla que «las máquinas no son lo importante, sino la especialización y preparación del personal que integra la cadena de producción. Y eso lo cuidamos al detalle». Ortega afirma que «hay que predicar con el ejemplo y dejar a los jóvenes la referencia del trabajo bien hecho como clave del éxito. Nosotros solo nos consideramos continuadores de la labor de nuestras generaciones predecesoras, y es un placer y un orgullo seguir avanzando en la actividad». Por esta razón, Hijos de Juan Ortega ya tiene preparado el lanzamiento de un producto pionero con sabor mairenero: la harina de freír sin gluten para celíacos «con la misma calidad y sabor que la harina que conocemos».~

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